SOFÍA GARCÍA.
Me desperté a causa de un fuerte dolor de cabeza, cuando abrí los ojos vi que ya había amanecido y supuse que ya era algo tarde por lo que mi madre no se encontraba en la habitación.
Me levante y me dirigí al baño, necesitaba relajarme y eso he estado haciendo los últimos quince minutos, no puedo dejar de pensar en lo que sucedió ayer, me siento una desalmada por como traté a Francesca, pero debía poner ese limite. Tengo mis dudas sobre como realmente es ella, pero no puedo evitar que pensar que ha matado muchas personas y sigue su vida como si nada, no la carcome el remordimiento y una persona así no me dan ansias de conocer.
En algo si mentí, mentí cuando dije que no me causa nada; mi cuerpo reacciona cuando ella se acerca, cuando escucho su voz me tiembla hasta el alma y cuando me toca siento cosas inexplicables, creo que por eso quiero poner ese limite, no quiero dejarla entrar en mi y ser una más del montón, de su montón.
Sentí como tocaron la puerta, salí de la bañera y envolví mi cuerpo en una toalla, abrí la puerta y vi que era una empleada de la mansión, traía la bandeja del desayuno y mi corazón se aceleró rápidamente
-¿La mando la señora Amatos?
-No señorita. Su madre me pidió que le subiera el desayuno.- sentí como mi pecho se oprimío.
-Déjalo ahí en el escritorio- dije y la chica hizo lo que le dije y luego se fue.
No dejaba de ver el desayuno y aun tenía esa sensación de angustia en mi pecho, que idiota soy, es más que obvio que ella se alejara de mi luego de decirle que es un monstruo sin corazón o peor aún que no me interesa. Francesca no es de esas personas de a las cual las tratan pésimo y sigue insistiendo, ella es orgullosa y su ego es lo más importante para ella 0ero de cierta manera me jode y me gusta. suspire frustrada y aleje todo esos pensamientos.
Me puse algo cómodo, ya que no tenía intenciones de salir de la habitación, no quería cruzarme con ella así que tome el desayuno y toda la mañana me dedique a ver películas hasta empecé a sentir pesados mis párpados, creo que el estrés me agotó físicamente también.
Me levante de golpe cuando sentí la puerta cerrarse, era Laura suspire y me sente en la cama frotandome los ojos
-¿Tanto ruido puedes hacer?
-Lo siento creí que estabas despierta.
- Pues ya viste que no- me queje.
-Uy que mal humor te traes- dijo sentándose frente a mi -Solo quería saber como te sentias.
-Al parecer el estrés también me agotó físicamente.
-Ya veo. Deberías de tomar algun relajante.
-Lo único que necesito es tranquilidad. ¿Has visto a mi madre?
- Si, esta abajo hablando con Anna ambas están preocupadas por ti.
-Quiero descansar luego estaré bien.
-¿Será que no quieres cruzarte a Francesca?- preguntó mirándome fijamente como si me estuviera analizando.
-También eso.- baje la cabeza y suspire.
-Igualmente quédate tranquila que no pasará.
-¿A qué te refieres?
-Francesca no ha vuelto desde ayer a la noche que Anna la vio irse, Mary le pregunto a Adriano y este actuó distante y solo dijo que esta ocupada.
-Al parecer ella tampoco quiere verme.
-Obviamente Sofía, le dijiste que era un monstruo sin sentimientos y que no te causaba nada, cuando ambas sabemos que mentiste con respecto a eso.
-No quiero discutir esto contigo ni con nadie.
- soy tu mejor amiga y puedo decirte cuando te estas equivocando.
- ¡Laura por Dios! Ella quiso matar a mi padre y ha matado personas solo estoy viendo la realidad - dije alterada.
-No la defiendo, pero solo estas viendo la realidad que te conviene, la juzgas por lo malo cuando ignoras lo que ella ha hecho por ti.
-¿Qué se supone que ha hecho por mi más que complicarme la vida?
-No te equivoques Sofía, la vida te la complico tu padre y lo que ella ha hecho ha sido que le dio la oportunidad de seguir respirando a tu padre y te acepto en su casa sin conocerte, fácilmente pudo haberte matado y no lo hizo, te llevo a Milán, te sentías sola y permitió que tu madre te visitará y me trajo a mi desde España, te envía flores y es detallista, te cuida Sofía, pero tu no lo quieres ver porque ella no es la persona ideal con la cual has soñado y es cierto... ella es fría, egocéntrica, desalmada y peligrosa pero contigo ella es otra persona y tú eres la única que no lo ha notado.
-Ella es peor de lo que pude haber imaginado.
-Sofía todos tenemos nuestros errores, nuestra parte oscura y eso no quiere decir que no tenemos corazón, tu padre es un claro ejemplo de esto.- Me quede callada y salió molesta de la habitación.
Ella tenía razón y eso era lo peor de todo...
Luego de un rato al fin salí de mi habitación, necesitaba comer algo ya que se estaba haciendo de noche. Pasé por la puerta del despacho de Francesca y la puerta estaba entre abierta, creí que era ella, pero cuando entré vi a Adriano hablando por teléfono
-Ok, ti chiamo più tardi (Esta bien, luego te llamo)-dijo colgando la llamada.-¿Necesitas algo Sofía?
-Yo... pensé que Francesca estaba aquí-dije nerviosa y vi como solo asintió-¿cuando volverá?
-Esta ocupada, solo eso puedo decirte.-trato de evitarme y salir del despacho, pero lo tome del brazo e hice que me mirara.
-Por favor, solo dime la verdad.
-No tiene pensado volver... Al menos por ahora.
-No quiere verme ¿verdad?
-Según ella quiere ahorrarte el mal trago que te provoca tenerla cerca, no diré más Sofía.-en su voz pude notar cierta frialdad, el estaba molesto y es entendible.-Si necesitas algo llámame.
Adriano salió del despacho y sentí un fuerte dolor en mi pecho lo acaricie suavemente y respire profundo tratando de calmarme.
Soy una estúpida, primero la trato mal y luego me arrepiento, es obvio que no querrá verme. Una parte de mi me dice que la lastime y mi otra parte decía que eso es imposible porque ella es la persona más indiferente y fría que he conocido.
Laura tenía razón, ella fácilmente pudo haberme matado en cambio me acepto en su casa cuando no tenía porque hacerlo, una muerte mas para ella no hubiera significado nada, pero en cambio aquí estoy, en su mansión, viva al igual que mi padre.
Mi cabeza comenzó a doler fuertemente, de nuevo esas dudas y de nuevo ese estrés consumiendome.
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Disparo al corazón
Teen FictionSofía García es una enfermera de 22 años con una vida sencilla y tranquila luego de mudarse a España, pero esa tranquilidad se acabará cuando viaje a Italia a ver a su madre y al enterarse que su padre tiene problemas con la familia más importante d...