Capítulo 16. No necesito verte para saber que te amo

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Estacione el auto cerca de la entrada, desbloquee el teléfono y llame. Espere un par de bips hasta que me contesto.

-Estoy afuera.

-Ya salgo.

Colgué y espere un par de minutos. Cuando vi la puerta abrir arranque y me detuve frente a él.

-Andando.

-Creí que me abriría como una dama.

-Cállate.

Subió al auto y arranque.

Conduje por las calles de la cuidad. Hacia un poco de frío y la mayoría estaba bien abrigada, incluyéndome. El iba con un saco azul largo y un suéter negro debajo. Se veía demasiado apuesto.

En cuanto llegamos entre en el estacionamiento y busque donde aparcar. Apague el motor y quite la llave.

-No me dijiste en todo el camino a donde íbamos. Lo único que dijiste era que no trajera a Vic.

-Si, porque no creo que lo dejen entrar a este lugar.

-Es un restaurante.

-No. Ya verás. Vamos.

Salí del auto y abrí la puerta de atrás sacando mi abrigo. Uno beige largo que combinaba con mi suéter beige con rayas blancas.

Rodee el auto poniéndome el abrigo y tomé la mano de Erik. El extendió su bastón, puse la alarma al auto y empezamos a caminar.

-Te vez muy guapo hoy -dije.

-Siempre amor.

Me detuve. Era la primera vez que me decía así... Y Dios mío, me encantaba.

-Ego... Egocéntrico -dije volviendo a caminar.

El sonrió y se acercó a mí dándome un beso en la coronilla.

Entramos al lugar y el olor a pintura inundó mis fosas nasales.

Era una galería de arte, y no sólo eso. Había un estudio de arte justo arriba de el, y a ese lugar, era al que iríamos.

-¿Pintar? Me trajiste a pintar.

-Algo así. Ven.

Lo jale y subimos al piso de arriba y me encontré con la secretaria.

-Hola, vengo a ver a Mía Esquivel.

-Si, tiene cita...

-Ella no necesita cita para verme -dijeron atrás de nosotros.

Me gire y vi a una chica de baja estatura, con el cabello castaño hasta los hombros y de piel pálida. Camino hacia mi abriendo los brazos. La abrace antes de darle un beso en su mejilla.

-Cuanto tiempo sin verte Lía.

-Digo lo mismo. Andas muy perdida.

-Solo tenía un asuntito pendiente. Pero dime, ya estás lista. No sabía que te gustara pintar.

-No era para mí, si no para el.

Me quite del camino y dejé que viera a Erik.

-Erik Davila. Valla, no sabía que dibujaras.

Tomé la mano de Erik y lo sentí temblar. Acaricie su mano tranquilizándolo.

-Un gusto, Erik.

-El gusto es mío.

-Bueno, si ya están listos, vengan.

Caminamos detrás de ella que nos subió al estudio de arriba.

Blind LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora