Estacione el auto cerca de la entrada, desbloquee el teléfono y llame. Espere un par de bips hasta que me contesto.
-Estoy afuera.
-Ya salgo.
Colgué y espere un par de minutos. Cuando vi la puerta abrir arranque y me detuve frente a él.
-Andando.
-Creí que me abriría como una dama.
-Cállate.
Subió al auto y arranque.
Conduje por las calles de la cuidad. Hacia un poco de frío y la mayoría estaba bien abrigada, incluyéndome. El iba con un saco azul largo y un suéter negro debajo. Se veía demasiado apuesto.
En cuanto llegamos entre en el estacionamiento y busque donde aparcar. Apague el motor y quite la llave.
-No me dijiste en todo el camino a donde íbamos. Lo único que dijiste era que no trajera a Vic.
-Si, porque no creo que lo dejen entrar a este lugar.
-Es un restaurante.
-No. Ya verás. Vamos.
Salí del auto y abrí la puerta de atrás sacando mi abrigo. Uno beige largo que combinaba con mi suéter beige con rayas blancas.
Rodee el auto poniéndome el abrigo y tomé la mano de Erik. El extendió su bastón, puse la alarma al auto y empezamos a caminar.
-Te vez muy guapo hoy -dije.
-Siempre amor.
Me detuve. Era la primera vez que me decía así... Y Dios mío, me encantaba.
-Ego... Egocéntrico -dije volviendo a caminar.
El sonrió y se acercó a mí dándome un beso en la coronilla.
Entramos al lugar y el olor a pintura inundó mis fosas nasales.
Era una galería de arte, y no sólo eso. Había un estudio de arte justo arriba de el, y a ese lugar, era al que iríamos.
-¿Pintar? Me trajiste a pintar.
-Algo así. Ven.
Lo jale y subimos al piso de arriba y me encontré con la secretaria.
-Hola, vengo a ver a Mía Esquivel.
-Si, tiene cita...
-Ella no necesita cita para verme -dijeron atrás de nosotros.
Me gire y vi a una chica de baja estatura, con el cabello castaño hasta los hombros y de piel pálida. Camino hacia mi abriendo los brazos. La abrace antes de darle un beso en su mejilla.
-Cuanto tiempo sin verte Lía.
-Digo lo mismo. Andas muy perdida.
-Solo tenía un asuntito pendiente. Pero dime, ya estás lista. No sabía que te gustara pintar.
-No era para mí, si no para el.
Me quite del camino y dejé que viera a Erik.
-Erik Davila. Valla, no sabía que dibujaras.
Tomé la mano de Erik y lo sentí temblar. Acaricie su mano tranquilizándolo.
-Un gusto, Erik.
-El gusto es mío.
-Bueno, si ya están listos, vengan.
Caminamos detrás de ella que nos subió al estudio de arriba.
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Blind Love
Novela JuvenilEl; un chico que tiene una discapacidad, ¿cual? No puede ver, Ella; una chica como cualquier otra. Ambos son diferentes en muchos aspectos. Pero descubrirán que no solo se puede enamorar del físico, también hay otras formas de enamorarse, y otras f...