Jiang Cheng llevaba un feliz matrimonio de 2 años y 6 meses con Lan Xichen. Para los exagerados fueron 3 años, pero para el joven loto eran solo 2 años, ni más ni menos, solo 2 años.
2 años en los cuales amó con demasía al primer jade de la familia...
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La notica de su matrimonio con Lan Xichen se esparció por todo el país en cuestión de minutos, ahora podía jurar la malicia de las personas al ver que su divorcio con el jade mayor fue dispersa por todo el continente en cuestión de segundos ¿Qué tan infeliz querían que se viera?
"Era cuestión de tiempo"
"Ya era hora"
"Sera el momento en el que encontrara a alguien digno de él"
Y más y más comentarios que le tiraban bastante porquería a su relación. Se caso a los veinte y cuatro y se estaba divorciando a los veinte y seis años. Podría entender que no todos los días se escuchaba un divorcio tan alborotado como el suyo y de tan corto tiempo de cazados, ¿Dos años era demasiado poco? Todo el alboroto empezaba, y de hecho empeoro, con la presencia de cierto Jin en el hogar de los Lan, pero aun así ¿Desde cuando las personas se comportaban tan desquiciadamente? Casi siempre. Sus pensamientos se iban desenredando mientras se dirigía a un centro comercial para hacer las compras del día, era un domingo por la noche y necesitaba provisiones para su nuevo hogar al cual se había mudado apenas ese mismo día.
Mientras caminaba por la sección de verduras, pensaba que comprendía todos los acontecimientos apenas ocurridos un día antes. Su relación estaba tendiendo de un hilo que él se negaba a soltar, hace 6 meses que la relación de ambos se veía obstruida, principalmente por el comportamiento de su...esposo? Ex-esposo mejor y amargamente dicho. Lan Xichen, en esos últimos meses se comportaba más extraño de lo usual, y no era para menos, su rutina como un matrimonio fue tirado y pisoteado desde que Jin GuangYao apareció una tarde de primavera en su hogar, para hablar únicamente con Lan Xichen, estaba más que dispuesto de cerrarle la puerta en la cara y mejor si le golpeaba la jeta que tenia como rostro. El antiguo amor de tu actual esposo, que no terminaron en buenos términos por su otro hermano jurado, tenia el descaro de hacerse frente en su departamento, y en especial preguntar por la persona a quien tanto daño le había causado durante mucho tiempo ¿Acaso eso era ser un paranoico amargado sediento de sangre? Solo deseaba defender a su esposo ¿Alguien por favor le podría decir que no estaba haciendo mal al comportarse tan a la defensiva? Podía reconocer ese rostro de borrego disfrazado de zorro, esperaba que su esposo también lo hiciera. Estaba parado firmemente en el umbral de la puerta, de hombros cruzados, ceño fruncido y mirada asesina, por decir que todo su cuerpo estaba demasiado tenso y dispuesto a atacar a ese Jin.
"¿Quien se cree este?"
- ¿Lan Xichen se encuentra?- Ni siquiera un saludo. Dios la falta de respeto ¿Estaba bien si cometía un homicidio en su puerta? Podría ser solo un accidente (Por accidente un cuchillo aterrizo sobre su cuello), aunque tampoco quería ensuciar sus manos con la asquerosa sangre del Jin.
-¿Que deseas?- pregunto de forma tajantemente fría, el joven Jin podría sentir como un moribundo por esa mirada afilada que lo destruía y reconstruía mientras lo torturaba con la sensación del dolor de ser cortado, desamoblado y vuelto a ensamblar minuciosamente con un frívolo sentimiento de terror, cada segundo que lo miraba era un día menos de vida. "Sus días estaban contados", pensó. La muerte lo estaba acechando y su recuerdo era esa mirada que lo estaba perforando hasta el cráneo, sentía sus ojos como un par de dagas cristalinas lunares sobre su lamentable vida, cuando quiso reunirse con Lan Xichen, no esperaba recibir esa mirada tan a la defensiva "¡¿Podía dejar de pensar en esa mirada?!" Sentía la necesidad de desviar sus ojos a otro lado pero esos ojos lunares no se lo permitían. Muy pocas veces en su vida pudo sentir miedo, puede decir que contadas veces, y esta era una de esas contadas veces. "¿Por que lo seguía viendo de esa forma?" Sin querer ya estaba empezando a sentir una corriente en su espina dorsal, activando las alarmas del peligro inminente "HUYE, CORRE LO MÁS LEJOS QUE TUS PIERNAS TE LO PERMITAN" Claro, si es que el Jiang no las cortaba antes de tiempo. Y como si fuse un rayo esperanza, una deslumbrante luz de "Su vida ya no peligraba" Vio al Lan mayor colocándose al lado de su esposo, su salvado. Al entrar en contacto visual pudo observar que esos ojos de miel oscura le dedicaba una tímida pero cálida mirada de luz, muy contraria a los ojos que y por poco devoraban su humilde alma y lo arrastraba a los posos más oscuros que siquiera un ser vivió podría sentir. Se quedo unos segundos que parecieron minutos y luego horas, hacia mucho tiempo que no veía una mirada tan gentil con la de su segundo hermano jurado ¿Siquiera tenia el derecho de llamarlo así?
