DMs

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—Sunghoon, por ahí no —Jay cogió a su amigo y lo arrastró hacia el otro lado de la cafetería, pero ya era tarde. Lo había visto.

Sunghoon se dirigió a la mesa en donde estaba el chico de cabellos rosas y se sentó en frente de él.

—Ey Hoon, ¿cómo te va? —el primero en saludarlo fue Heeseung, a su lado, quien le dio una palmadita en la espalda y sonrió.

—Bien, ya queda menos para las vacaciones —Sunghoon apartó la vista un segundo para responderle a Heeseung y después volvió a mirar al pelirosa con expresión irritada. Jay también se acercó.

—Hola chicos —saludó con una sonrisa mientras se sentaba al otro lado de Heeseung.

—¿Y Jake? —preguntó este.

—Tiene clase ahora.

Jay, Jungwon y Heeseung hablaron con normalidad. El problema eran Sunoo y Sunghoon. Este último no apartaba la vista de él mientras que el de pelos rosas intentaba ignorarlo todo lo posible.

—Cotilleaste mis dms —afirmó Sunghoon con molestia mientras lo fulminaba con la mirada. Sunoo se sonrojó ligeramente.

—¡Tú te dejaste la cuenta abierta! —exclamó igual de ofendido.

—Ay no —Jay se tapó la frente, disgustado. Los tres habían interrumpido su conversación cuando Sunoo y Sunghoon comenzaron a discutir.

—¿Y por eso la cotilleaste? ¿No podías simplemente cerrarla y ya? —espetó Sunghoon fuera de sí.

—¡Solo quería saber de quién era! Es tu culpa por descuidado —Sunoo se levantó, dispuesto a huir de ahí.

—¡Sabías de sobra que era mi cuenta! —Sunghoon también se puso de pie y siguió a Sunoo mientras este salía de la cafetería.

—¿No deberíamos seguirles? —preguntó Jungwon con un poco de preocupación.

—Veinte a que se terminan liando —Heeseung sacó un billete y se lo pasó a Jay.

—Dale —lo cogió y sonrió divertido. Jungwon los miró con incredulidad, pero no comentó nada.

...

Sunoo se dirigía a su próxima clase, pero Sunghoon lo alcanzó y agarró su muñeca.

—¡Aún me debes una explicación! —exigió el mayor, pero Sunoo negó.

—¡No hay explicación! Soy chismoso, ya está, déjame en paz de una maldita vez —espetó intentado zafarse.

—No tienes derecho a mirar mis cosas —siguió recriminándole, aunque sin saber muy bien a dónde quería llegar. Solo quería calmar un poco su enfado.

—Bueno, ¡tú te la dejaste abierta! Y tienes suerte de que fui yo y no hice nada más que cotillear, de haber sido otra persona te podrías haber metido en problemas —le sostuvo la mirada y Sunghoon bufó, razón no le faltaba.

—¿Qué viste? —preguntó más calmado pero sin soltar su muñeca. Sunoo apartó los ojos y se sonrojó ligeramente.

—Nada importante —respondió en un hilo de voz. Sunghoon bufó de nuevo y miró a su alrededor, estaban en medio del pasillo y llamaban la atención.

—Vamos a otro sitio —tiró de él y lo llevó hasta un lugar del campus más apartado, debajo de las gradas del campo de fútbol— ¿Qué viste? —volvió a preguntar.

—Ya te dije que nada importante —Sunoo miraba el suelo. Sunghoon se pasó la lengua entre los dientes.

—Lo leíste —afirmó con un bufido. Sunoo enrojeció.

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