Una Novia Para Amanda Gray

11. Miedos

Amelia

—¿Verdad o reto? —dice Amanda, que comparte una mirada cómplice con Derek por unos segundos. Estamos sentados sobre las gradas ya que nuestro profesor no vino y no tenemos nada que hacer por toda una hora.

—¿En serio vamos a jugar esto? —pregunto, haciendo una mueca.

—Claro que si, necesitamos saber que no eres una asesina perseguida por la ley o algo así –responde Derek. Yo ruedo los ojos y sonrío, divertida.

—Esta bien, esta bien. Verdad —Derek mira an Amanda y ambos se sonríen de forma siniestra.

Amanda abre la boca para preguntar algo, pero Derek la interrumpe.

—¿Prefieres vivir toda tu vida siendo calva, o tener mucho cabello, que te crezca demasiado rápido y tengas que pagar una fortuna para que te lo corten?

El rostro de Amanda se llena de una mezcla entre confusión y horror mientras gira su cabeza lentamente para verlo.

—¿Qué mierda acabas de decir?

—¿Que? Solo es una pregunta que se me ocurrió —se encoge de hombros.

—¿Y de qué parte de tu culo la sacaste? —Derek da un sorbo a su bebida, pensativo y le sonríe.

—La derecha, creo —Amanda lo mira con odio y la sonrisa de Derek crece.

—Bueno, creo que preferiría ser calva —los interrumpo antes de que se terminen peleando. Derek mira a Amanda y ladea un poco su cabeza.

—Sabía que no era el único raro —ella solo rueda los ojos, reprimiendo su sonrisa.

—Te toca, Amelia —me dice Amanda.

—Está bien —pienso unos segundos a quien elegir—. Derek, ¿verdad o reto?

—Verdad, por supuesto —Amanda vuelve a mirarlo con odio—. ¿Ahora que?

—Siempre eliges reto.

—Pero no la conocemos, ¿que tal si me reta a bailar con una falda por toda la escuela? Eso dañaría mi imagen social.

Amanda se ríe.

—Como si alguno de nosotros tuviera buena reputación en esta escuela de mierda.

—Tienes razón —le dice, y luego regresa su mirada hacia mi—. ¿Entonces?

Caigo en cuenta de que no le he preguntado nada, y pienso en alguna cosa que me gustaría saber.

—Mhm, ¿algún otro malentendido que hayan tenido con los demás pero del que no te arrepientes?

Él parece haber estado esperando que se lo preguntaran, porque se endereza y sonríe, con orgullo.

—Podría hacer una lista. Pero creo que de los primeros y del que no me arrepiento fue cuando le pedí amablemente a Amanda que fuera mi amiga. Desde ahí la gente supo de su existencia.

—¿Amablemente? —resopla Amanda—. No lo sé, yo diría que fue muy exagerado.

—¿Por qué? Te lo pedí de la forma más educada posible.

—¡Si claro! ¿Desde cuando arrodillarte en medio del pasillo frente a alguien y rogarle con desesperación que sea tu amigo es educado?

—¿En serio hizo eso? —pregunto incrédula, siempre supuse que Derek era del tipo que haría esa clase de cosas, pero no creí que si lo hubiera hecho.

—¡Si! Aún tengo una foto de eso —me dice Amanda, que saca su celular y empieza a buscar con rapidez en su galería.

Derek chasquea los dedos.