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Capítulo 1. Cordura

-𝙱𝚎𝚏𝚘𝚛𝚎 𝚂𝚞𝚒𝚌𝚒𝚍𝚎

Los ojos de Janet se abrieron con pesadez, el repentino y ruidoso sonido de la alarma le anunciaba otro nuevo día con vida.

De nuevo.

Se sentó y miró a un lugar fijo por un par de minutos, dudando de su existencia y de lo que hacía en ese lugar, poco tiempo después recobró la consciencia y recordó donde se encontraba. Recorrió el lugar con la mirada y después soltó un suspiro pesado. Odiaba tener que vivir en esa pesadilla llamada vida.

La vida es difícil. Demasiado.

Trabajó a altas horas de la madrugada, organizando algunos de sus proyectos, con la débil esperanza de poder distraerse.

Por otro lado se mantenía pendiente de su hermana menor, esa responsabilidad que se le había otorgado antes de que sus padres simplemente desaparecieran de forma misteriosa. Ni una palabra sobre el robot.

Bonnie era el nombre de su hermana menor, una niña demasiado inquieta y traviesa a palabras de ella. Jamás podía quitarle la vista de encima por las mismas razones.

No tenía queja alguna sobre la actitud de su hermana, verla sonreír era lo único que le alentaba a seguir con su existencia.

Todo su esfuerzo e inspiración era en base a su hermana, la luz de su patética vida, amaba a esa niña. Y Bonnie también la amaba.

Demostraba felicidad por esas palabras, a pesar de que la realidad fuese otra, no sentía esa completa alegría.

Muy en el fondo deseaba algo más, otro tipo de conexión. Descrito como algo bizarro y turbio que se negaba a querer aceptarlo, era algo que la atormentaba, que le hacía sentir asco de si misma.

Los movimientos en el lado contrario de la cama le hicieron salir de sus pensamientos, volteó a esa dirección.

Sonrió ligeramente al encontrarse a la responsable, Bonnie, su hermana quien se encontraba profundamente dormida a su lado.

Acercó su mano derecha al rostro de la pequeña, acariciando su mejilla con delicadeza. Como si pudiese dañarla con ese gentil tacto.

Continuó así el tiempo que creyó suficiente para alegrar su día, sus acciones se detuvieron en cuanto recordó que debía preparar el desayuno para ambas, era una de sus tantas partes favoritas de su día a día.

Se dirigió a la cocina y sin más preparó el desayuno favorito de su hermana, siendo cuidadosa en cada una de sus acciones.

En cuestión de pocos minutos tenía todo listo, preparó la mesa y sirvió los platos.

Sin previo aviso, su hermana llamó a su nombre, Janet sonrió para sus adentros, amaba esa voz.

—¡Buenos días Janet!.—Bonnie no tardó en encontrarla, una vez más llamándola, Janet soltó un suspiro.

—Buenos días cariño, ¿Dormiste bien?.—Preguntó volteando a su dirección, Bonnie asintió con una sonrisa. Más que suficiente para Janet.

Janet la invitó a sentarse y la acomodó de tal forma que pudiese comer tranquila.

Janet se sentó frente a la niña y le sonrió, esperó a que la pequeña probará lo que había hecho, los ojos de Bonnie se iluminaron, entonces se dignó a probar lo que preparó y quedó maravillada con su propia comida. Aunque tampoco pensaba darle algo mal hecho a la niña, era algo que se negaba a aceptar.

Al terminar, Bonnie subió a su habitación nuevamente, no sin antes agradecer por el desayuno, eso hizo sonreír feliz a la mayor.

Janet la alcanzó tiempo después de recoger todo y lavar los platos.

Se encontró con la menor jugando con algunos juguetes, le pareció tierno ver aquello, mantuvo su mirada fija en ella, todo le parecía demasiado lindo, a tal punto de sentirse abrumada con sus propias emociones.

¡Mierda, deja de mirarla así!

Janet apartó la mirada de forma apresurada, horrorizada por lo que su mente le había hecho imaginar.

La forma en la que había observado a su hermana no había sido correcta.

Bonnie confiaba ciegamente en Janet, se sentia protegida por ella, después de todo era su hermana. Alguien que había jurado tantas veces cuidar de ella.

Su misma confianza ignoraba todo comportamiento raro de su hermana mayor, Bonnie no tenía idea de todos los malos ratos que Janet pasaba con su sola presencia.

Bonnie no veía nada fuera de lugar, ni siquiera notaba el peligro que significaba su hermana cerca de su persona.

Un pequeño y fino hilo sostenía las barreras que Janet había puesto, para mantener toda la mierda que había en su cabeza, significando la poca cordura que le quedaba después de tanto tiempo, misma que le impedía hacer daño a su hermana.

Se sentía peor que la escoria al tener todos esos asquerosos y malditos pensamientos con Bonnie y lo probablemente peor de todo era esa jodida sensación en la entrepierna que le mantenía inquieta.

No quería recordar el comienzo de todo lo que atormentaba su vida, su hermana no era culpable, lo era ella totalmente.

¿Cómo algo tan lindo podía volverse tan bizarro?, ¿Porqué tenía que ser ella?, ¿Acaso no había nadie más a quien atormentar?.

Todo tipo de preguntas de las cuales Janet no tenía la respuesta, estaba condenada a vivir en la confusión y desesperación.

Su situación mental era grave si a todo eso se le podía clasificar en alguna fase. Las cosas no debieron ser así en ningún momento.

Janet se sentía atraída por su hermana, una niña de no más de diez años, siendo ella una joven de veinte años, pensar en eso era una locura, una maldita locura.

Maldita enferma.

Salió de la habitación al recordarlo, prefería dejar sola a la pequeña, llevando consigo sus propios pensamientos que le hacían sentir abrumada, haciéndole recordar la escoria humana que era, temía por la seguridad de la niña si seguía en la misma habitación.

Su mente traicionera le estaba haciendo una muy mala jugada, esa sensación en la entrepierna otra vez.

Llegó a la sala y se sentó en el sillón, juntó sus piernas, dirigiendo una mirada de asco a su cuerpo que le pedía algo desagradable.

Había pasado tanto tiempo desde la última vez que había hecho lo posible por calmar ese calor dentro de ella. Pero no estaba en sus planes tocarse, el agua fría ayudaría con esa tarea.

Vería la manera de no pensar en la niña, solo esa vez, por Bonnie, tenía que ser fuerte por su hermana.

Aquellos pensamientos hicieron suspirar a Janet. Era lo mejor que podía hacer.

Las imágenes dentro de su cabeza momentáneamente fueron agradables para si misma, pero la idea de tenerla para ella le hizo sentirse diferente.

Janet se golpeó el rostro intentando pensar en otra cosa, una tarea casi imposible. Lo intentó una y otra vez antes de darse por vencida.

Tomó la decisión de seguir adelante con sus pensamientos, solo una vez más le daría a su cuerpo lo que tanto le pedía.

—¡Janet!.—La voz de Bonnie interrumpió lo que estaba a punto de hacer.

—Mierda...—Se dijo así misma, subió rápidamente donde su hermana se encontraba, más preocupada por Bonnie que por si misma.

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El primer capítulo con ligeros cambios, porque no se me hacía justo cambiar todo y no tomarme la molestia de hacer ligeros retoques a esta primera parte.

¿Qué opinan de mi decisión?, ¿Notaron un cambio algo relevante?

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⏰ Última actualización: Feb 14 ⏰

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𝙱𝚎𝚏𝚘𝚛𝚎 𝚂𝚞𝚒𝚌𝚒𝚍𝚎 || *𝑬𝒅𝒊𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora