Capítulo 12: Llegamos al Norte

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Jimin agradecía de que el almuerzo fuera silencioso por parte de sus tías, pero no podía opinar lo mismo de su hermano menor. Mirando lo que hacía, negó con la cabeza y notó la sonrisa del alfa calmando al cachorro inquieto y ansioso en dejar la mesa.

—Estaba delicioso la comida, gracias.

—Me alegro de que te haya gustado.

—¿Te ayudo?

—No, no hace falta. Gracias, Taehyung —respondió Jungwon, llevando los platos sucios a los lavados. —. Lamento adelantarme en lavar los cubiertos, pero dentro de un rato vendrán los abuelos de visita y debemos mantener todo ordenado.

—Está bien, nosotros solo vinimos a saludar y acompañarlas en el almuerzo —estableció con seriedad. —. Enseguida nos tenemos que ir porque estamos trabajando.

—Comprendo, fue una linda y agradable sorpresa tenerlos aquí, Taehyung.

—Lo mismo digo.

—No sueles comer pescado, alfa. —interrumpió Jimin, alzando una ceja.

—En la zona Este rozando con el Sur, el hermano de mi padre solía preparar Maeuntang* y desde ese día puedo decir que lo consumo, pero soy más de comer Doenjang Jijigae*, Jiminie.

—Sabes que ese platillo a veces te lo preparo, ¿no?

—Y debo decir que te salen riquísimos —miró al frente, colocó su mano en su mejilla y admiró la belleza del rubio. El alfa se sonrojo. —. Espero que lo sigas haciendo, bonito.

—Oh, ¿eres de las costas, Taehyung? —preguntó Jungwon.

—¿Por qué crees que conoce a nuestro sobrino, hermana?

—En realidad vivía más arriba, rozando con el Norte, pero hace siete años que vivo cerca de las costas con mi manada —respondió, entregando su plato a la mujer. La omega agradeció, llevó el plato y empezó a lavar cada objeto dado. —. Actualmente, vivo en el Este, trabajo casi a tiempo completo con Jimin y nuestros departamentos están a pocas cuadras.

—Vaya sorpresa, no sabía eso —murmuró con asombro. —. Espero que después de su arduo trabajo estén descansando bien.

—Estoy de acuerdo. —siguió Damin, caminando hacia la omega y ayudar en secar los platos.

—Hacemos lo posible en dormir bien, ¿no es así, Jiminie?

Al mirarlo, el rubio secaba las lágrimas de su hermano, lo alzó en sus brazos y soltó sus feromonas dulces para que se calmara. Siguió observándolo con preocupación, ternura y asombro por la forma en como cuidaba al menor. En sus diez años de haber estado con Jimin, nunca pensó que la escena con el cachorro le hiciera sentir a su lobo tan atento y feliz.

—Sí, alfa. —se limitó a responder sin apartar su mirada del menor.

—¿Qué sucede?

—Está haciendo berrinche porque nos vamos a ir y quiere estar un rato contigo, alfa.

—¿Minwoo?

El cachorro le miró con sus ojos violetas cristalizados, se bajó del regazo de su hermano y corrió hacia el alfa a abrazarlo. Jimin miró la escena con un sonrojo, desvío su vista hacia sus tías y no estaban presentes en la cocina.

—¿Qué pasa, cachorro? —preguntó, inhalando la combinación de ambos aromas. —Dime, ¿qué te gustaría jugar o mostrarme?

—El jardín.

—Bien, vamos. —dijo, levantándose de la silla.

Con el cachorro en brazos, Taehyung se despidió de los presentes que estaban entrando y salió de la cocina. La familia no dijo nada ante esos actos del alfa ni siquiera cuando el menor reía por la cercanía de él.

A escondidas • 𝐕𝐌𝐈𝐍 🖋 || EN EDICIÓN ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora