El Baile de los 41

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Su mirada se dirigía en aquel anillo colocado hace unos minutos por una joven en su dedo, prueba de que estaba comprometido. Escuchaba la voz de la cantante de ópera en su fiesta de compromiso ¿Cómo no? Si el presidente le estaba entregando a su preciada hija.

Tomó el vino de su copa, saboreando el sabor y luego ver a toda la gente de alta clase y con un puesto importante del gobierno conversando y algunas parejas que bailaban al compás de la melodía. Vio como Hae Soo lo miraba con una sonrisa, y él solo le sonrió. La joven estaba caminando hacía él puesto aquel vestido hecho con las mejores telas y mejores costureros rogaba que algunas de sus damas se acercara a la joven y la llevara a otro lado, no quería tenerla cerca.

No le era soportable porque el verla le recordaba lo cobarde que era. ¿Casarse por conveniencia? Esa opción tomó, si quería proteger su verdadera orientación sexual entonces era la única salida que tenía y también por la ayuda para poder lanzarse prontamente a las elecciones.

Agradeció cuando vio a la dama de Hae Soo aparecer y acercarse para llevarla a otro lado al parecer a sus amigas. Pero su paz no duró tanto cuando vio como el señor Kim; el presidente y su futuro suegro, se acercaba.

—Espero hagas muy feliz a mi hija —comentó el señor Kim mientras mantenía su copa en su mano

—La haré muy feliz —respondió

Si tenía que obligarse a solo fingir afecto y amor por la joven entonces lo haría. A fin de cuentas eso le ayudaba mucho a su favor y también debía de "agradecer" por eso.

《Estoy deseando el poder arrebatarte tu posición y cambiar las estúpidas leyes 》

La fiesta no dudaría más de tres horas, al menos eso creía y es que en verdad mantener una sonrisa delante de todos era cansado. Él solo quería ir a su casa de una vez por todas porque no soportaba a nadie de ese salón.

《 Solo un poco más y te irás. Solo sonríe cuando te miren y agradece sus palabras 》

Bebió de un solo trago lo restante de su copa.

—Después de la boda me parece bien que me llames Señor Namjoon —comentó el padre de Hae Soo

—Lo haré si le parece apropiado.

Tres malditas horas, que había perdido.

Cuando los invitados se fueron de la casa pudo respirar en paz, miraba como la gente de la limpieza ordenaba y limpiaba todo el desastre algunas copas se rompieron por el hecho del fuerte consumo de alcohol que algunos no controlaron y como consecuencia se les resbaló y terminó rompiéndose en el suelo.

Escuchó la melodía del piano venir de uno de los cuartos por su curiosidad fue que siguió aquel sonido de teclas un poco descoordinadas para observar a Hae Soo tocar aquel instrumento. Se recostó en el marco de la puerta, viéndola.

Hae Soo, era una mujer hermosa y lo aceptaba, educada y un poco soñadora.

—Debes relajar las muñecas —comentó obteniendo que la joven lo mirara

—Es mucho tiempo que no lo tocaba.

Yoongi empezó a caminar hacia ella para sentarse en el banquillo, a su lado y llevar sus manos al piano y tocar una pieza.

—Toca demasiado bien —comentó Hae Soo con una sonrisa

—Debes relajarte cuando toques trata de que solo tus manos te guíen.

—Claro — respondió —¿Está bien que te diga Yoongi? —el mayor solo asintió —Te llamaré así de ahora en adelante, pronto nos casaremos y deberíamos de dejar las formalidades.