Inside | ★ Mexcol

six

Omnisciente 

Venezuela jugaba en su play mientras fumaba un cigarrillo, su vida comenzó a ser aburrida desde que comenzó en su trabajo de country.

Era un niño bien hasta que le comenzó a aburrir la escuela y sus deberes, al igual que Colombia, a sus 14 fue 'contratado' y desde ese día no volvió a ser el mismo.

Comenzó a drogarse, a consumir alcohol y a enredarse con líos de narcotraficantes y prostitutas. Bueno, al menos gracias a entrar a aquel mundo pudo capturar a algunas personas(indirectamente) y fue felicitado por la ONU.

Odiaba sentirse 'aburrido' pues quería que su vida fuera divertida siempre, era como un niño que no quería dejar de jugar.

Mientras maldecía por sexta vez en diez minutos, apagó su consola para descansar un poco, llevaba casi doce horas seguidas jugando.

El venezolano pausó su juego al escuchar el timbre de su apartamento.. mejor dicho el apartamento de Colombia.

Se levantó de mala gana y abrió la puerta con fuerza, encarando a la persona que osaba interrumpir su preciado tiempo de descanso.

–Mierda.. ¿Colombia is not here?– preguntó USA entrando al apartamento sin siquiera pedir permiso.

–¡Mira mamaguevo, anda por ahí antes de que te obligue a hacerlo!– gritó Venezuela mientras se acercaba al estadounidense y lo empujaba para luego tomarlo por el cuello de su camiseta.

El venezolano era como un chihuahua, 'pequeño pero peligroso', con sus extremos 1,54 centímetros no era muy intimidante. Aunque(según él mismo) la altura no importaba.

USA contuvo la risa mientras se quitaba sus lentes de sol. Llevó una mano hasta la mejilla de Venezuela y la apretó mientras alejaba su mano un poco haciendo que su cachete se estirara.

–Eres tan tierno.. solo estoy buscando a uno de mis amigos.. Deberías dejar de ser tan agresivo y al menos darme la posibilidad de hablar– sonrió completamente embobado por los ojos del venezolano.

–Cállate, no soy tu cuaima para pararte bola– gruñó enojado llevando su puño a la cara del estadounidense, golpeándolo.

USA sintió el dolor del golpe unos segundos después, la sangre caliente bajaba por su nariz hasta llegar a su labio superior.

Sonrió sintiendo un cosquilleo en sus mejillas, su corazón latió mil veces más rápido, entre el pánico y la lujuria. Suspiró poniéndose de nuevo sus lentes y sacudiendo su cabello rubio con su mano.

–Golpeas bien– habló sin con su cínica sonrisa, estaba nervioso.

Venezuela quería morirse, el dolor en sus nudillos era insoportable, suspiró con pesadez al sentir su intimidad ser invadida.

–Como sea– caminó a la sala, sentándose en el sofá mientras que cruzaba sus brazos, indignado –No entiendo por que mierda tienes que venir aquí, deberías irlo a buscar a casa de México– volteó a verlo. El estadounidense apenas entraba a la sala.

–¿A casa de México?– USA ni siquiera estaba enterado del amorío entre el mexicano y el colombiano, aunque ni le importaba.

–Si, casa de México. ¿No te has enterado?– tomó el control y comenzó a jugar de nuevo, su mueca de disgusto era muy visible.

–No.. ¿Podrías decirme?– se acercó más para escucharlo mejor, quería saber más de la vida íntima del mexicano.

Había estado intentando contactar a Colombia desde hace ya unos días y no sabía exactamente si lo estaba ignorando o si realmente el colombiano no se daba cuenta de que lo necesitaba con urgencia.