Después de verle llorar Mike pidió a Celeste que le acompañara hasta la jaula de Tato, una vieja cotorra que vivía en la tienda de animales desde hacia ya varios años.
Parados frente al enorme armazón de metal pidió a Celeste que no dejara de observar ni por un instante al exótico animal para luego rellenar con un puñado de semillas y un poco de agua los dos recipientes que dentro se encontraban.
Casi de inmediato el ave empezó alimentarse frente al asombro de ambos.
Fascinante! Dijo Mike.
Es increíble como Tato separa las semillas más duras y luego las arroja dentro del recipiente con agua para que se hagan blandas y comestibles. Más aún sabiendo que el nació en un criadero de aves donde nunca antes tuvo la oportunidad de compartir con otros pájaros iguales que el.
Y como entonces aprendió ablandar sus alimentos? Celeste pregunto.
La verdad no tengo la menor idea querida amiga, solo se que el confía en el agua y en lo que esta puede hacer por sus semillas. El sabe que algo más grande que el mismo allí se encuentra y que siempre estara presto ayudarle.
Porque no también confías? Mike le pregunto.
A lo que la joven mujer no supo que responder.
Sabes, la vida traerá siempre consigo situaciones que deberás dejar pasar al siguiente nivel, aquel donde algo más grande que tú misma también actúa y donde no queda más que esperar y entregar todo aquello que te perturba. Es justamente donde el dinero, las influencias o el poder no podrán hacer más que retirarse a uno de los lados del camino.
Al igual que Tato solo tú tendrás la facultad de arrojar tus semillas dentro de tu recipiente con agua el cual solo algunos pocos han podido encontrar en lugares tan especiales como la iglesia o en acciones tan poderosas como la oración. Otros, por el contrario, lo han hecho por medio de vivencias tan hermosas como la sonrisa de un niño o de bellos atardeceres.
Recuerda Celeste, solo de ti dependerá todo, solo de ti.
Por: César Pérez
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El Recipiente de Agua
SpiritualAquella mañana Celeste decidió ir a trabajar a la tienda de animales solo con la intención de olvidar la pena que albergaba su corazón. Lo que nunca imagino es que esa misma mañana también recibiría una sabia lección de vida, de la manera y la forma...