La oración

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Finalmente llegó el día, luego de tanto tiempo de espera, 10, 000 años para ser más exactos, los remanentes de la humanidad bajaron de la luna a la Tierra una vez más, la última.

Los tres grupos llegando ahora como uno: Los lunarios originales, el alma. Las gemas convertidas en lunarios, el hueso. Y los admirabilis convertidos en lunarios, la carne.

Phosphophyllite, Phos para facilidades, estaba completa, era la nueva máquina de rezos que podría traerle paz a todos, aquella que podría llevar a todos a la nada de la existencia y finalmente descansar de su larga inmortalidad...

Un deseo que era infinitamente egoísta e hipócrita, en el cual Phos fue usada como una pequeña pieza en un complejo tablero de ajedrez, en el cual solo quedaba ella, todos la habían abandonado y hasta olvidado, vivían felizmente a expensas de su dolor y soledad.

Fue moldeada por su entorno y las personas de su alrededor hasta volverla un ser pseudo humano, abandonada por diez mil largos años.

Siempre tomada por tonta y malcriada, nadie la valoraba hasta que mostró utilidad en la batalla contra los lunarios, luego fue vista como una traidora por las que alguna vez fueron sus compañeras y en la luna era vista como una salvadora pero no como parte de ellos, olvidada hasta que fue rearmada y finalmente abandonada para perfeccionarse así misma.

Ahora todos ellos venían a ella una vez más porque les era útil, la necesitaban y actuaban como sí no hubieran hecho nada malo... Volvían a un planeta sin nada más que agua y una isla en busca de su propia felicidad, sin ser concientes de Phos, o talvez eran concientes pero no les importaba lo suficiente.

Era doloroso para ella, en el pasado ya no deseaba vivir e incluso había perdido su cordura pero a nadie le importó, al contrario, todos esos malos momentos fueron el catalizador en su humanización para cumplir deseos de otros.

La multitud logró verla en el prado, era una existencia completamente diferente a lo que ya conocían, ya no era la pequeña caprichosa, ni la seria y racional, ni la autodestructiva, ni siquiera la manipuladora y astuta, ahora estaba calmada y era difícil saber lo que pensaba, estaba rodeada de la poca naturaleza que aún quedaba, las naves descendieron sin llegar a aterrizar en la tierra, estaban cerca pero no demasiado, las tres razas se inclinaron frente a ella.

-Podría... Esclavizarlos a todos por el resto de la eternidad, y hacerlos experimentar una agonía mayor a la que sufrí, podría sepultarlos en una erupción solar...- rompió su voz el silencio del mundo.

-Sin embargo, recordé una época antigua. El día de hoy hace mucho tiempo atrás desperté en esta planicie, ese día estuve sola en el prado hasta que se me habló para iniciar a trabajar en una enciclopedia...- nadie decía nada, seguían inclinados y sin verla a la cara.

-Hoy... Nuevamente he estado sola hasta ahora, solo me han buscado para un trabajo. Con esto quiero decir que siempre he estado sola, aquí, en la luna o en el mar, siempre lo estuve...-.

Sin su voz solo había silencio a excepción de talvez una ligera brisa.

-Oraré y ya nunca nos veremos. Desde los últimos diez mil años y un poco más no ha habido nada, alcanzar la nada es algo en lo que estamos de acuerdo... Por fin nos entendemos-.

-Gracias- dijeron al unísono Adamant y Aechmea.

En cuestión de unos segundos Phosphophyllite ya sabía lo que haría, tenía el poder y la motivación para hacerlo, no flaquearia su voluntad en esta decisión... Su última decisión...

Con sus poderes que los humanos en la antigüedad considerarían divinos, se transformó así misma en un alma, su halo aún lo tenía detras de ella y aún prevalecía su extraño aspecto.

Una nueva vida, un nuevo final... [Fanfic de Houseki no Kuni]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora