Capítulo 1. Felicidades

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Guillermo durante muchos años había estado callando y tratando de ocultar el gran amor que sentía hacia su amigo Lionel. Desde 2016 había desarrollado una atracción a Lionel que, debido a sus charlas y encuentros por parte del oficio, terminó creciendo al punto en el que sabía perfectamente que estaba enamorado de él.

Pesé al enamoramiento, Memo siempre tuvo los pies sobre la tierra y sabía perfectamente que Lionel jamás los vería con los mismo ojos que él. No por nada había anunciado a lo grande que iba a casarse con su novia de años.

Sabía que no debía esperar nada pero esa pequeña luz llamada esperanza que aún existía en su ser le impedía rendirse con la idea de ser correspondido.

— ¡Guillermo! ¿Qué haces aquí afuera?— La voz de Lionel resonó haciéndolo dar un pequeño salto de sorpresa. Lionel lo miraba extrañado ya que no creyó encontrar a su amigo y padrino de bodas en el balcón. Apartado de todos y con la mirada perdida.

— Nada en especial, me había mareado y para no crear habladurías preferí salir a tomar un poco de aire — Ochoa trató de que su voz saliera lo más natural que pudiera para cubrir el hecho de que su corazón estaba destrozado.

Evitar llorar mientras veía a su amado poner un anillo en el dedo de Antonella y darle un beso de pasión lo había desgastado demasiado.

— Pero ya estás mejor ¿Verdad? — preguntó el novio con una sonrisa de lado, casi al tiempo en el que sujeto su mano para llevarlo consigo nuevamente a la fiesta.

— Lo estoy, no te preocupes — Respondió lentamente sintiendo que estaba llegando a su límite — No tienes que perder el tiempo conmigo así que vuelve a la fiesta y yo iré en un rato.

— ¡Pero ya es hora de las fotos!

— Tranquilo, en un momento estaré ahí — Trató de hacer entrar en razón a su amigo. Lionel era terco y no iba a aceptar un no como respuesta.

— Siempre tienes que salirte con la tuya— Guillermo terminó cediendo ante su amado. Sus pasos eran lentos y cargados de resignación hasta llegar al área que el fotógrafo había asignado para las últimas fotos.

— ¡Perfecto! ¡La novia entre los dos caballeros, por favor! — El hombre con la cámara daba instrucciones sin prestar atención a la evidente incomodidad del padrino de bodas — ¡Excelente!

— Guille, intenta sonreír un poco.. Te ves muy serio — Antonella le dijo aquello en un susurro al notar que este no se veía muy alegre y estaba apagando un poco el ambiente.

— Está bien— La voz seria de Memo dio una respuesta positiva para la novia haciendo que no tuviera de otras más que forzar una mueca que intentó hacer pasar por una sonrisa para seguir con la sesión.

Pasaron las horas y finalmente la fiesta estaba por terminar. El momento que Guillermo deseaba que no llegará finalmente lo alcanzó... No quería hacerlo.

— ¡Es momento de que el padrino de su discurso! — Se escuchó decir al maestro de ceremonia.

Ochoa quería que la tierra se abriera y se lo tragara. Era el momento de demostrarse que él podía seguir adelante. Si pudiera decir el discurso que había preparado... podía dejar ese enamoramiento y avanzar.

— Muchas gracias, antes que nada buenas noches— Saludó a los presentes tratando de no hacer contacto visual con cualquier persona — Todos ustedes deben de saber que conocí a Lionel desde hace mucho tiempo por este oficio que es el fútbol... Nuestra amistad fue la prueba de que más allá de la nacionalidad o la rivalidad puedes hacerte amigo de alguien por los mismos gustos... Siendo sincero jamás me imaginé estar en esta posición pero me siento muy honrado de ser el padrino y poder verlo casarse con la mujer que tanto ama.... Bueno, el mejor jugador del mundo al fin tiene dueña... — Guillermo siguió con su discurso tratando de ocultar el dolor de ver a Lionel abrazar y besar a Antonella mientras su garganta se cerraba — Y por eso es que... Antonella— Se dirigió a la novia que no paraba de sonreír — Cuidalo mucho, eres muy afortunada en tener a un hombre como Lionel y realmente espero que tengan un largo y feliz matrimonio.

Los aplausos no se hicieron esperar. Para todos, ese era un discurso de un verdadero amigo aunque para Guillermo era darse por vencido y desear que la persona que amaba fuera feliz aunque no fuera con él.

Guillermo espero a que todo mundo estuviera lo suficientemente alcoholizado como para preguntar por él y se dirigió hasta el área donde se encontraban los novios para despedirse y darles nuevamente sus felicitaciones.

— Toma, se qué te querrías ir por lo que mande a que la revelaran antes — Lionel le entregó una de las fotos que se habían tomado hace unas pocas horas. La foto donde Antonella estaba en medio de ellos con una gran sonrisa.

— Gracias, ahora si me disculpas me tengo que ir — Era consciente que había sonado un poco frío y distante pero sino se iba pronto iba a terminar llorando ahí mismo. — Nuevamente, muchas felicidades a los dos — Y sin más, salió del lugar.

Estaba casi llorando.

El pecho le dolía.

Alterado entró a su auto, casi en una crisis donde solo deseaba alejarse de todo eso y no volver a ver esa imagen en su vida.

Su auto se comía los kilómetros poco a poco mientras él se consumía en un dolor que crecía con cada segundo que pasaba.

Lo último que supo fue que estaba conduciendo mientras lloraba cuando un auto fuera de control se dirigía hacia él... Lo siguiente fue oscuridad pero ya no sentía el dolor que antes tenía.

📝

¡Hola!

Antes que nada, me alegro de verlos por aquí. Espero que les guste mucho esto y que este fanfic también me ayude porque quiero el perfume de Ochoa.

Sin nada más que decir, se despide de ustedes:

CindyPerez005

NO QUIERO VERTE [MESSI X OCHOA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora