1. ¿Por qué no te quedas?- BossNouel Terminada

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El día señalado por fin llegó y luego de tener una última reunión con su escuadrón como príncipe soltero, Nouel se dirigió a su habitación.

Tras pasar por delante de la puerta del vestidor, de repente este escuchó un fuerte gruñido.

Acto seguido, vio salir de allí a las dos costureras humanas que habían confeccionado los trajes nupciales que Boss y él llevarían en la noche.

...-¿Qué demonios ocurre?

-Es su prometido, señor. Dice que no quiere llevar ninguno de los trajes ceremoniales, que no le gustan- respondió temblando una de la mujeres.

-Pues entonces arreglenle otros.

-No, es que dice que quiere llevar su propia ropa. Que quiere ser él mismo.

El joven vampiro asintió conforme y tras hacer un ademán con la mano para que estas se fuesen, giró el pomo de la puerta del vestidor y entró.

-No deberías gruñirle así al servicio, nos quedaremos sin nadie que nos atienda.

El neófito frente a la ventana se giró y le miró con molestia.

-Odio esa maldita ropa. Son iguales que los otros tres trajes que ya me probé.

-¿Y por qué no lo has dicho antes?- sonrió el príncipe sacando importancia al asunto-Te hubieran hecho otros a tu gusto.

Boss resopló y comenzó a desvestirse.

-Es que quería ser amable pero hoy ya no queda tiempo y estoy furioso.

El príncipe se acercó a este y acarició su desnudo pecho.

-Ponte lo que tú quieras mi amor, la ropa no es tan destacable. Lo importante es que tú y yo sellaremos nuestro amor y recibiremos la corona juntos.

-¿Y no se enfadaran los viejos del Consejo?, No quiero que por mi culpa...

Nouel negó y a continuación le dio un beso en los labios.

-Amor, no se les dice viejos, ellos son ancianos. Por otro lado, yo soy el monarca de la comunidad por derecho de nacimiento y he cumplido la única condición, que era conseguir un contrayente. No pueden negarme nada y mucho menos el casarme con mi precioso y auténtico prometido, aunque lleve puesto con un saco.

-¿En serio?

-Si, en serio...

Luego de eso, las horas del día fueron pasando como si fueran años y tras meterse el sol, poco a poco los invitados y los miembros del Consejo, fueron llegando al edificio de la Corporación, vestidos con sus mejores galas para asistir a la ceremonia.

Todos los jefes vampiros de las otras comunidades fueron convocados, además de representantes de los distintos clanes vampíricas de Tailandia.

El reloj principal del gran salón marcó finalmente la hora elegida para el comienzo de la boda, por lo que la música nupcial que anunciaba la entrada del príncipe, comenzó a sonar.

Muy elegante con un caro traje y seguido de Saifah, caminó hasta el altar, mientras sus invitados le fueron haciendo una real reverencia.

Lo mismo ocurrió cuando minutos después, Boss vestido con un atuendo informal y seguido de Notder, aparecieron y recorrieron también el largo y adornado pasillo hasta llegar frente al príncipe y el miembro mayor del Consejo.

Ambos contrayentes se sonrieron y entonces el anciano comenzó su sermón, citando antiguos pasajes de las leyes vampíricas.

Este también habló de los cambios vividos tras el pasar de los siglos, hasta que finalmente llegó el momento en el que Boss y Nouel debían darse el si quiero.