24.

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Daniela se queja de Ágata, la escucho en silencio mientras coloreo mi libro.

No quiero decir nada que me comprometa. Y la única manera es guardando silencio absoluto. Yo no le hice nada, y Ruggero tampoco, pero pues tenemos que respetar su posición.

Pobrecita.

No quiere ver a Ruggero porque le recuerda a Ágata, y cree que no hay nada entre nosotros así que...

Voy a dejar que mi amiga siga creyendo que odio a Ruggero.

Cuando en realidad lo único que quiero hacer es llenarle de besos cada que nos vemos.

—¡¿Entiendes que mi odio si está justificado?!

Levanto la mirada y suspiro profundo antes de decir;

—Tienes toda la razón, amiga.

Ella sonríe aliviada de tener mi apoyo, la puerta suena y se acerca a abrir mientras dibujo corazones en mi libro.

—¿Ruggero?

De inmediato levanto la mirada ocultando mi sonrisa mientras camino hacia la puerta.

—¿Qué haces aquí?

—¿Podemos hablar?

Miro a Daniela, ella rueda los ojos antes de decir;

—Yo ya me iba... E igual no te va a perdonar así que, déjame reírme en tu cara por adelantado.

Sale del departamento empujando a Ruggero en el proceso. Me río apoyándome en el umbral para verla tomar el camino hacia las escaleras.

Y en cuanto está lejos de nuestra vista, tiro de la corbata de Ruggero para meterlo dentro del departamento.

Sonrío cuando pone sus manos en mi cintura.

—¿Por qué viniste sin avisar? Creí que estabas trabajando.

—Tengo una audiencia en una hora, solo quería verte. —confiesa cerrando la puerta con el pie.— Que bonita estás.

Me río subiendo mis brazos a su cuello antes de besarle.

—Últimamente, nos vemos muy poco. —musito colgándome de sus brazos.— ¿Sabías que Ágata y Daniela iniciaron una guerra?

—No, no hablemos de eso. No me interesan sus vidas. —musita plantando un beso en mi frente.— Vine a verte y a invitarte a un fin de semana juntos.

—¿Un fin de semana? —sonrío.— Me gusta mucho ese plan. ¿A dónde iremos?

—A dónde tú quieras, elige el lugar y yo te llevo. —cede.— Haremos lo que tú quieras todo el fin de semana... ¿Ya terminaste tus exámenes?

—Ya, de hecho la semana que viene solo tengo que ir el día viernes a ver mis notas y si aprobé o no el semestre. —explico jugando con su corbata.— ¿Y tú?

—Tengo audiencias toda la semana. —se lamenta.— Pero el fin de semana va a ser nuestro.

—¿Solo nuestro? ¿O con Niebla también?

—Niebla aún no tiene un carnet para poder viajar, mi amor. —explica besando mi frente.— Pero va a estar muy bien, mi amor.

—Okey, pero la próxima vez si lo llevamos con nosotros.

Asiente, sonrío emocionada.

—¿Escogemos el lugar?

Asiente y yo tomo su mano llevándolo a la habitación de Daniela. Ella tiene un globo terráqueo.

Y si tengo un casi novio millonario... ¿Por qué no aprovecharlo? Que el globo terráqueo decida.

—¿Turquía? Eso fue a propósito. —me dice y tengo que reír.

TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora