Final

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Ulises D'Amico

La luna de miel se puso en pausa porque luego de la boda esperamos unos días para ir a su ginecólogo.

Claramente los resultados eran positivos.

Estábamos en la espera de nuestro bebé.

Los primeros tres meses de embarazo fueron un caos para los dos.

Ella cada mañana se levantaba con malestar y vomitando todo.

-Que no estoy vomitando amor- abrí mis ojos y ella estaba sentada en el inodoro haciendo sus necesidades

-Lo siento, es la costumbre- me reí para lavar mi boca

Ella se paro a mi lado para lavarse la boca también.

-¿Cómo te sientes hoy?-

-Mejor, creo que la temporada de los vómitos se acabaron-

-¿Segura?- asintió

-Es la primera vez que no vomito- la mire orgulloso

La abrace por su espalda dejándole sentir mi erección de cada mañana.

-¿Manuela o yo?-

-Claramente tu- bese su cuello

Como cada mañana nos duchamos juntos mientras teníamos una sección sexual dentro del baño.

Desde este embarazo ella tenía más gana de hacer el amor y yo no se lo negaba tampoco.

Claramente su ginecóloga nos dio el visto bueno para hacerlo.

No podíamos ser tan brusco, pero ahí estábamos cada mañana amándonos más.

-Ya se te ve una mini pancita- le acaricie su abdomen

-Me estas diciendo gorda- se hizo la ofendida

-Para nada amor- la bese mientras la secaba con la toalla

-Pronto ya no podrás hacer muchas cosas por cargar en tu vientre a nuestro tesoro más preciado- la bese

-¿Qué quieres de desayunar?-

-Waffles con nutella y mandarinas- la mire con una cara de asco

-Lo que pidas mi reina- la bese para irme a vestir

Si la seguía mirando desnuda no saldríamos de la ducha.

Me arregle rápido para ir a la cocina a hacer su antojo.

Así pasamos hasta los ocho meses.

Ocho meses llenos de antojos extraño.

-Amor que asco- la mire comer naranjas con sal

-Eso es lo que quiere- señalo su barriga

-Hoy es nuestro baby shower- acaricies su abdomen

-¿No te desespera que tenemos que esperar un mes mas?-

-Para nada, solo quiero que nuestro bebé llegue con buena salud-

-Yo ya quiero que nazca, mis pies están hinchados- me senté en su lado para darle masajes

-El doctor nos dijo que es algo que pasaría- le sonreí

-Lo se, pero con el peso del bebé ya quiero tenerlo en mis brazos-

-¿Estas lista para saber que es?- ella asintió mientras continuaba comiendo su naranja

El o la bebé no se había dejado ver en ninguna de las veces que la ginecóloga lo intento.

Romanov | Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora