CAPITULO 42:

299 32 5
                                    

¿PREPARADAS PARA LO QUE SE VIENE? VAN A GRITAR, A REÍR, LLORAR. CREO QUE HASTA NECESITARÁN ROPA INTERIOR DE REPUESTO JAJAJAJA

DISFRUTEN

*******************

Cuando desperté del profundo sueño, ya era de noche, y estaba recostada en el mueble y cobijada por unas mantas. El libro que leía «Los juegos del hambre» cerrado con un separador, en la mesa. Me semi senté y miré los alrededores.

¿Quién me había arropado que ni me enteré?

Aspiré hondo y mis fosas nasales se llenaron del aroma de la cena. Vegetales salteados con pollo. Miré hacia la cocina, y junto al mesón había un Andrew con ropa de casa – sudadera y camiseta, con delantal – preparando la cena. Y por lo que vi, luchaba por ser lo más silencioso posible. Tal vez para no despertarme.

Sonreí ilusionada con que preparara él la comida y viéndolo tan hogareño, que preferí levantarme. Junto al mueble había puesto el tambien – suponiendo que fue el que me cobijó – un par de pantuflas purpura. Me las puse y caminé a la cocina.

—Hola—volteó a verme y sonrió.

—Ey—estiró la cabeza a un lado, sin dejar de revolver lo demás, y le di un beso en la mejilla— ¿Cómo dormiste? No te desperté.

—No. Ni me di cuenta en que momento me quedé dormida y menos cuando llegaste. ¿Fue hace mucho?

Acomodé mis cabellos en una moña mejorada.

—Casi a las seis. Ahora van a ser las siete. Te vi durmiendo tan cómoda que no quise molestarte.

—Tú no me molestas. Antes gracias por la manta—me sonrió, y siguió en lo que estaba— ¿Qué preparas?

—No quise hacer un plato complicado para la cena, entonces preparé un salteado de vegetales con pollo—me lo enseñó.

Tenía una pinta exquisita.

—Huele y se ve delicioso.

Buscando algo en lo que ser útil, saqué los platos y cubiertos de la alacena, para que el sirviera. Luego dejé los individuales en la barra.

—Ya esto está listo, así que podemos sentarnos a comer—afirmé—un poco de vino no caería mal, si sacas la botella, por favor.

Obedecí y serví como el me indicó.

— ¿Sabes que tambien sería bueno?—lo miré, a la espera de más ordenes—terminar la cena con el postre que me tenías prometido ayer—mi sonrisa fue muy amplia— ¿todavía queda?

—Claro que sí. Yo comí un poco al medio día, pero queda bastante—sirvió la comida— ¿de verdad te gustaría?

—Lo vi hace un momento mientras sacaba las verduras de la nevera, y se veía delicioso. No veo la hora de probarlo

—Muy bien. Cenamos primero y después te sirvo un poco.

Llevó los platos calientes a la barra, y después de acercar las servilletas para los dos, nos sentamos a comer.

—Me tomé... el atrevimiento de comprarte algo, además de la nueva SIM de tú teléfono.

Tomé unos cuantos vegetales con el tenedor.

— ¿Ah sí? ¿Qué es?

—Mira en la bolsa del mesón, si quieres. Revisé en los estantes antes de irme esta mañana, para asegurarme que era la correcta. Aunque casi que no la encuentro.

SUITE 405 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora