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Estaba amaneciendo, los rayos del sol se posaban en las mejillas de la joven rubia, la cual estaba abajo de unas suaves sábanas de tela blanca y una cómoda almohada con un leve olor a otoño. a su lado, un joven con cabello blanco y un destello rojo la abrazaba de la cintura mientras le acariciaba el pelo. — levántate dormilona dijo el chico mientras depositaba un beso en su frente, la rubia se despertó y se sonrojó al ver a él chico a tan solo centímetros de su cara — ¿Te encuentras bien, cielo? Eso fue, la joven tapó su cara con sus manos para no demostrar la vergüenza que sentía. "trágame tierra y escúpeme en la basura" pensó, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por el chico el cual le quitó las manos de la cara y le besó su mejilla tiernamente. — K-kazuha, porque estás tan cariñoso? Dijo tartamudeando, al fin y al cabo eran solo amigos. — Lumine, desde hace tiempo tengo sentimientos por ti y sé que no soy el único. Replicó el chico acomodando mechones de pelo que cubrían la cara de la joven rubia , a la que sus mejillas poco a poco iban tornando un lindo color carmesí. — Kazuha, yo no creo que.. la chica fue interrumpida por el contrario que la empezó a besar de una forma lenta y demostrando cariño. — Te quiero mucho, Lumine. Dijo el chico separándose de los labios de la contraria — Y-yo también te quiero, Kazuha.. La joven rubia pensaba que estaba soñando. Era todo muy perfecto, demasiado para su mala suerte.
Por fin había logrado que él y ella se hicieran cercanos, después de tantos años en los que se dedicaba a sacarle fotos y pegarlas en su cuarto a escondidas supo que valió la pena, ahora por fin pudo hacer lo que más anhelaba, besarla. "Se ve tan maldita mente tierna" pensó, no podía evitar acercarse cada vez más hasta que sus labios se rozaban, la tentación de besarla otra vez era gigante, tanto como para perder contra ella. Dicho y hecho la beso denuevo, esta vez con más pasión haciendo que la contraria soltara unas pequeñas lágrimas al sentir la lengua de el chico entrelazándose contra la suya. La rubia rápidamente se levantó y se dirigió a la sala de estar, aún sin procesar lo que acaba de pasar vio acercarse a Kazuha así que se fue hacia la puerta y dijo: — tengo que ir donde Ayato. Y De la nada, sintió una mano apretando su brazo y se dio la vuelta rápidamente. — Kazuha?.. q-que pasa? Dijo tímida, de un momento a otro el chico había puesto una cara enojada y tenía una mirada penetrante: — Otra vez vas con ese imbecil? Lumine, sorprendida le respondió — Tú no tienes porque meterte en mis asuntos! Tratando de sonar intimidante. — Te prohíbo que vuelvas a hablar con ese idiota. Dijo apretando más fuerte el brazo de lumine, el cual ya se había tornando de un color levemente rojo — Discúlpame? Tú no eres nadie para decirme que debo hacer y que no, Con qué derecho te sientes? La rubia forcejaba para que la soltara, pero al no ver resultados le gritó: — Ya suéltame, Me estás lastimando! Su brazo cada vez más débil por el duro agarre del contrario y las lágrimas corrían por sus mejillas. Kazuha no reaccionaba y solo se le quedaba viendo con esa penetrante mirada, aunque le daba miedo no quería admitirlo. — Te dije que me soltarás, no?! La joven agarró el brazo que la sostenía y lo sacó con las fuerzas que tenía, el dolor aumento y le gritó: — Solo déjame ir! Las lágrimas no cesaban hasta que el joven soltó el brazo de la contraria y ella se fue corriendo hacia la puerta diciendo unas palabras que fueron como 100 cuchillos que le atacaron directo al corazón. — no quiero que me vuelvas a buscar por ahora. Cerró la puerta bruscamente dejando en el interior a aquel chico dulce donde una vez le había dado un dulce beso ahora convertido en un total lobo feroz. En la mente de Kazuha solo se le venían las imágenes de él torturando a Ayato por robarle a su chica.
