📖CIENTO CUARENTA Y SEIS📖

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P. O. V. KAI:

El hombre delante mío comenzaba a impacientarse, pero yo realmente estaba demasiado absorto en mis pensamientos uniendo piezas que no tenían pies ni cabeza, como para preocuparme por lo que sucedía. Tanto esfuerzo me estaba pasando factura, la cabeza la sentía a punto de estallar, lo cual me dificultaba mi labor.

-¿Quien de tus amigos vio lo ocurrido? -soltó de la nada Grinberryall o Dante, como sea que se llame.

Negué con la cabeza intentando que así el dolor se alejara. Aquella acción pareció preocuparlo, aunque no fue visible por más de dos segundos. Si mi padre era complicado de analizar, este hombre también o quizá era peor.

- Ackerman, ¿Recuerdas lo que hiciste?

- ¿De que hablas? - pregunté.

Estaba mareado, sentía que nada de esto era real y por ello no sabia si me preguntaba por la golpiza de Dymytrie o el porque llegué aquí a la Ciudad Subterránea.

- De lo que hacen los comerciantes en sus descansos. -Dijo sarcastico- Obviamente de la paliza que te dieron.

Me sente en el suelo, o más bien resbale.

-Si, tu golpe me hizo recordarlo, muchas gracias. -respondí en el mismo tono que él- ¿Por qué lo preguntas?

-¿Cuantos años tienes?-ignoró mi pregunta.

-¿Que paso? -Pregunté ansioso. La ganas de vomitar comenzaban a acumularse. - ¿Por que lo preguntas? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? ¿Qué sabes de mi o de mi padre? ¿Por qué no tiene sentido? ¿Qué está sucediendo? O mejor aún, ¿Qué haces tú?

-¿Yo? -respondió algo ofendido- Pues tal parece que soy su maldita niñera, así que responde ya: ¿Cuántos años tienes?

-Tengo 13...-confesé antes de voltearme y sacar todo mi estómago por la boca.

-¡Carajo! - Se levanto de golpe asqueado por la escena.

Me sentía agotado, muy agotado y también sentía que mi cuerpo temblaba sin parar.

Cuando termine de vomitar, se acerco de mala gana y puso su mano en mi frente, maldijo por lo bajo y comenzó a revisarme de pies a cabeza.

-¿Te patearon? ¿Te lanzaron contra la pared? ¿Usaron otra cosa que sus puños o pies para golpearte? - me bombardeo de preguntas.

-Si... No que yo recuerde... Y, creo que no... - respondí con dificultad.

Volvió a maldecir.

-Lo único que te tiene vivo es esa estúpida sangre de Ackerman. - soltó antes correr a quien sabe donde.

Me quede en el suelo, tratando de mantenerme sentado y consciente, esto último no era tan difícil pues realmente mi cabeza estaba demasiado activa.

Grinberryall regresó a mi lado, me obligó a darle el brazo para que me inyectará algo, seguramente algún tipo de analgésico...

-¿De dónde sacaste eso? - pregunté en voz baja.

-Tienes las costillas rotas. - anuncio. - No hay suficiente equipo para tratarte aquí, así que conformate con medicamento que reduzca el dolor.

-No duele... - comente.

Me puso una compresa fría en la frente para bajar mi fiebre.

-Claro que no, mocoso idiota. La adrenalina salió de tu sistema y por eso comenzaste a colapsar, pero el poder Ackerman limita tu capacidad de sentir dolor y milagrosamente te mantiene con vida, aunque morirás si no te tratas.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora