Envuelto en íra empecé a rasguñar mi cuero cabelludo por la impotencia, Shiro salió y quedó impactada al ver la carreta llena de cuerpos pero por sobre todo al verme así de mal, me abrazó y grité:
–Esto es mi culpa!–, esta acarició mi cabello asegurandome que no era el culpable de la muerte de mi madre y de la aldea intentando acompañarme en mi dolor y hacerme ver que a pesar de todo puedo salir adelante.
–Estas vivo Mirage y eso es lo importante okey?, a la señora Vivianne no le gustaría verte llorar y lamentarte de esta forma–, apreté levemente su mano mientras mis lágrimas caían a la mano de mi difunta madre, los días pasaron y tuve que salir a trabajar al igual que Shiro pués ahora debíamos cuidar de nosotros sin ayuda de nuestros padres, para nuestra buena suerte fuimos bien recibidos. A pesar de que no recibiamos paga alguna por ayudar en el pueblo nos ganabamos el plato de comida junto con todos los niños, adolescentes y adultos que nos rodeaban, cosechando las siembras, criando al ganado, pescando en el lago o ayudando en algunas construcciones pequeñas, siempre estabamos presentes para ayudar.
Los dias pasaron y aunque el dolor lentamente se discipaba la necesidad de hacer algo al respecto seguía allí, se nos empezó a pagar y conseguimos oficios fijos, mi trabajo era sencillo pues me volví obrero de la aldea, un trabajo algo agotador pero pagado, con el pasar de las semanas nos ganamos la confianza de nuestros nuevos vecinos, Shiro se volvió una de las pescadoras del pueblo mientras que yo soy el ayudante de Gerald, el Herrero del pueblo y con el mi sueldo era mejor que en la construcción.
Gracias a el pude aprender bastante sobre herrería y llevar una vida un poco mejor, 5 meses pasamos en ese pueblo y ya sentía que era mi casa, sin embargo el mal tocaría a mi puerta en la tarde cuando caía el sol.
Un Diácono religioso llegó a la aldea recitando oraciones extrañas, vestía una túnica blanca y llevaba en sus manos un libro religioso con cubierta dorada, manchada de un líquido viscozo color rojo parecido a la sangre, todos nos reunimos en la plaza por el escándalo que este formaba en dicho lugar.
–El ya viene! El fin de los tiempos se acerca y nadie se salvará!–, eran las únicas cosas que se entendían entre sus murmullos, y delírios, me acerqué poco a poco para ver mejor y este detuvo sus gestos anormales, me miró directamente y mencionó:
–El creador ha decidido, el tiempo se acabó y solo los elegidos ascenderan a los cielos, los dioses falsos serán ejecutados para dar paso al Dios verdadero!–, esas palabras me hacían sentir escalofríos, los dioses son buenos y jamás nos harían daño, en especial el creador el cual nos ama a todos por igual.
–No es posible, estás mintiendo, el Creador jamás llevaría a cabo el juicio final–, reclamé al seguidor de Dios y este me respondió: –Claro que lo hará pero tu no ascenderas por que no eres digno de ello, tu arderás en las llamas del infierno junto con el parásito Exterminador! Así es, se quién eres Mirage, mi señor me advirtió de tí y de verdad me alegro de que alguien como tú jamás cruzará el portal celestial–, los conocidos me hicieron para atrás alejandome de aquel predicador mientras yo permanecía en shock por haber oído sus palabras, este sonrió y continuó su rumbo, ignorando nuestra presencia saliendo de la aldea, los guardias quedaron alerta a este sujeto por si volvía.
Shiro apareció de repente en mi espalda, me asustó y brinqué por su acción, la linda orca solo sonrió y me preguntó:
–Te encuentras bien Mirage? Ese loco no te hizo daño?–. Negué con la cabeza y le dije: –Ese hombre sabe sobre el parásito que atacó nuestra aldea, Shiro–, esta bajó la cabeza y me dijo que sabía perfectamente lo que había escuchado, esa noche no pude dormir bien ni la noche siguiente, ni la siguiente, cansado de esto comencé a preguntar al pueblo con respecto a dicho parásito aunque nadie sabía exactamente lo que era, lo único que escuché era que es una calamidad viviente, un mal que se esparce por el suelo y se traga todo lo que tenga vida, se rumorea que dicha plaga fué creada, otros dicen que "Nació" por motivos desconocidos, cual fuera el origen de esa cosa debia dar con ellos y solo tenia una pista, la iglesia.
