Espina de Rosas🌹 {TERMINADA}

CAPÍTULO 13

Estoy acostada mirando el techo de la habitación. El sueño me esquiva y las palabras de Lucrecia no se apartan de mi cabeza. De verdad, Nancy tiene la mente tan retorcida como para arremeter contra una chica de dieciocho años y su padre.

Dos personas que, para ella, no representaban una amenaza.

O ¿sí?

Resoplo y me remuevo en la cama, cuando un ruido de algo cayendo en el pasillo me sobresalta. Me incorporo de inmediato y agudizo el oído tratando de escuchar.

Escucho una maldición y me levanto de un salto. Me detengo detrás de la puerta y me quedo inmóvil hasta que escucho un siseo seguido de una risa.

—¡Maldición! —dice la voz... ¿Ebria?

—¿Tristán?

Saco el seguro y abro un poco la puerta con cuidado. Y, sí. Tristán camina por el pasillo en un estado de ebriedad, que nunca imagine ver. Estoy por salir, cuando una figura delegada se hace presente.

—Mira en qué estado estas.

Nancy reprocha a su hijo.

—Madre—canturrea—Tristán—Déjame en paz.

—Estás destruyendo tu vida—dice—He hecho mucho por ti, como para que te autodestruyas.

Él resopla y se tambalea.

—No hay mucho que destruir—escucho—Hace diez años que no lo hay.

Me quedo estática ante la confesión de Tristán.

—¿Cuándo vas a olvidar a esa basura que no te convenía? Nos hizo un favor al morirse.

—¡No! —El rostro de Tristán está rojo—Me hizo ser lo que soy hoy en día—abre los brazos—Me deje envolver por tus deseos y me case con una mujer que nunca he amado, solo para complacerte.

—Raquel es una buena esposa para ti.

—¡Es una maldita loca! —grita sobresaltándome—¿Quién puede amar a alguien así?

—Amor. Amor—sisea Nancy con disgusto—No seas ridículo Tristán—lo corta, atravesándolo con la mirada— De amor, no se vive. Con el amor, no se hace dinero. El amor no pone un techo sobre tu cabeza, ni comida en tu plato.

Tristán se queda en silencio un momento mirando a Nancy que está envuelta en una bata se seda color perla.

—Bien, madre. Difiero de ti en muchas cosas—dice al fin—Estoy seguro de que mi amor con Emma habría hecho eso y más.

Siento las lágrimas formarse, mientras escucho las palabras de Tristán. El corazón se me acelera y la confusión llena mi mente.

No comprendo lo que sucede.

—Vete a dormir Tristán—le dice Nancy con voz mal sonante—Por tu bien, deja de pensar en esa insignificante muchachita. Nunca va a volver.

El odio con el que habla, me da más certeza de que, ella asesinó a mi papá. Pero lo que no entiendo es porque Tristán está convencido de que estoy muerta.

Tampoco entiendo, ¿por qué actúa de esa manera? Cuando fue el quién termino lo nuestro.

¿Culpa?

No. Sus palabras vienen del dolor, de la perdida.

Necesito saber qué paso.

Veo a Tristán dar media vuelta y caminar a su habitación frente a la mía, mientras Nancy se pierde en el pasillo disgustado.