Las cartas, estrellas, ellas dirán: Ayer, presente y porvenir también. Cartas, cartas, toma tres querido....te diran que tu corazón me pertenece solo a mí
¡El amor siempre encuentra la manera de que sea verdad!. El amor lo es todo, ¿estás de acuerdo...
Estábamos ahí mirándonos el uno al otro sin dirigir una sola palabra -Nuestros rostros hablaban por nosotros llenos de odio-.
El asesino de mi familia estaba justo delante de mi, una cólera inmensa invadió los ojos de el muchacho que alguna vez me dijo que me amaba, que cuidaría de mi, ahora lo único que veo es a un traidor.
Aquel que es capaz de dejar a toda su familia de lado solo para cumplir un maldito capricho y su más grande ambición. Ser solo el por encima de todos, pisotearlo cómo siempre lo ha hecho.
Después de algunos minutos de silencio el primero en hablar fui yo. -¿Que haces aquí acaso sientes lástima por dejar a un pobre chico sin nada en el mundo?... Sin madre, sin hermana.... sin familia -
Su cercanía solo fue para susurrar en mi oído con sus labios rosado la mejilla. -Te voy a hacer sentir lo que yo siento ahora.- Me mira con una voz burlona—
-¿Qué me vas a quitar?. Acabaste con todo aquello que amaba, no tengo familia. No tengo nada más que perder-
-Claro que lo tienes y no hablo de tu familia querido-
-Claro que se a lo que quiere llegar con todo esto-"yo soy su debilidad"-
-¿Recuerdas todo lo que me decías en el salón de baile aquella noche estrellada?- toda la escena se reproducía cuál filme viejo en mi mente.-"Tu y yo estamos conectados querido, si algo te llegará a pasar nunca me lo podría perdonar"-su voz era tan engatusadora–
-No... eso es mentira, todo lo que dices son simples mentiras...Todo lo ha inventado tu mente-las lágrimas amenazaban con salir con cada palabra, lo miraba con miedo–
Miedo de lo que era capaz de hacer, lo que haría conmigo.
–No te preocupes no me lastimaré, te haré sufrir con mi dolor.–
El por fin se da cuenta de la maldad que ha inculcado en mi y se vuelve a mi con un beso en los labios, casi puedo sentir su piel fría sobre mis muñecas hasta que lo aparto y comienzo a llorar en su pecho.
Parece que es el muchacho bueno de nuevo, aquél que me consuela y me abraza cómo si comprendiera mi dolor -cómo si el no me hubiera condenado-.
-No temas ya mi pequeña luz, ya no habrá nada que nos separe-
La locura y el poder te han transformado en aquellas personas de las que alguna vez juraste protegerme. Las lágrimas caían sobre mi mejillas desde hace tiempo, solo quería escapar, huir de ese infierno, todo se derrumba y da vueltas. Su vos se vuelve embriagadora, hace que te derritas entre sus fuertes brazos.
-No llores ya nadie te tratara como a un fenómeno de circo, podrás gobernar junto a mi a toda esta mundana sociedad-
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