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(ADVERTENCIA)

Este capítulo toca temas sensibles y se basa en algo pasado en la vida real, sentimientos del escritor y se pide discreción y respeto ante esto, evite comentarios ofensivos o a modo de broma.

Gracias.







































Después de tanto tiempo, todo se veía con mejor destino, Moon por fin había dejado tan tormentosos pensamientos que tanto sufrir le hacía sentir.
Aún no lo superaba por completo ya que seguía recordando tan bellos momentos con los que eran como su familia.

A Sam le preocupaba mucho el caso de Adrián y aunque intentará de todo a veces el ya mencionado no reaccionaba de su trance, Michael era muy de preocuparse por su amigo, parecía que "Adrián" seguía en una depresión profunda, a pesar de que ya había pasado mucho tiempo de todos modos seguía en ese estado en el que se quedaba viendo a algún punto de donde estaba, todos los miembros de la "familia" que formaban estaban muy preocupados por el, Alén buscaba y buscaba soluciones pero por el mismo sentimiento y ambiente de tristeza y ese sentimiento de culpa, el más alegre (después de Cherry) había caído en un estado parecido al de Adrián, paso una semana y este ya se sentía menos decaído, lamentablemente su actitud había cambiado y no, no como las historias cliché de 2017-2019, Alén ya no era tan infantil y llorón, ahora era como todos lo veníamos conociendo en "Eclipse".

Nadie de la casa, ni siquiera Sam, podía obligar a Adrián que comiera como debería ser, a excepción de Montgomery quien era terco con el y no lo dejaba en paz hasta que esté comiera y se lo acabará todo. Los tormentosos sueños de Adrián ya habían desaparecido pero cada día que se levantaba, se sentía un peso en el, las ganas de quedarse en la cama tan reconfortante; se miraba al espejo y luego se sentaba en su cama, sentía un dolor tan grande en la espalda y sentía unas ganas de llorar, el nudo en la garganta que se le formaba al querer gritar, un grito que venía desde el pecho, una presión que sentía ahí mientras sentía un punzante dolor en el corazón y su cabeza le dolía, estaba tan cansado de sentir lo mismo una y otra vez, Sam era su alegría, como la cura para el dolor pero en momentos de soledad lloraba sin parar, soltaba su pesar sin nadie a quien molestar.
A pesar de la ayuda y las repetidas visitas al doctor y psicólogo el no mejoraba, nadie sabía qué hacer, la apariencia de Adrián se deterioraba con el pasar del tiempo sin parar.

Habían días nublados, oscuros y fríos, pocas veces habían hermosos días soleados en el que pequeños pájaros posaban en frente de la ventana de Adrián, el guayabo de la casa florecía y recibían visitas de pequeños colibríes de colores hermosos, los frutos del árbol eran dulces y ricos, Adrián disfrutaba de aquel espectáculo natural. Cuando había suerte, el árbol daba enormes cantidades de frutos que tapizaban el piso, todos los de la casa pasaban el rato juntos recogiendo los mejores que se encontraban, Adrián ya sabía cuáles eran las mejores guayabas aparte de que la mayor parte del tiempo observando y estudiando el árbol. Era hermoso aquel árbol, en lo más alto de su copa se encontraban pequeños nidos y pequeños pajarillos que cantaban alegremente en esos días tan preciosos.
El árbol era frondoso y enorme, sus colores eran vivos y la sombra que brindaba se le agradecía de manera adecuada. Su cuidado era puntual y los de la casa lo procuraban como tal.
Los pocos rayos de sol que pasaban por el patio, hacían ver aún más lindo el lugar.

🌸- ¡ADRIÁN, ADRIÁN!

🌙- ¿Hmm?...

🌸- No respondes desde hace rato.

🌙- Oh, perdón, estaba pensado en algo.

🌸- ¿Otra vez eso?

🌙- Sí...

~•☀️El sol se apaga  y  la luna se alza 🌙•~ (Canceladisima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora