No sé cuanto tiempo estuve corriendo, tal vez unos treinta minutos, llegué al pueblo, escuché saludos pero nisiquiera me inmuté, corría entre la gente. Cuando llegué a la casa de Stephanie, no toqué, con mis puños golpeé la puerta con tal que me escuchara.
—¡Stephanie, abre la puerta, Stephanie abre la puerta por favor! —Grité desesperadamente en llanto. —¡Voy a contar hasta tres!
Palmeé fuertamente, mi mano comenzaba a ponerse fuertemente, pero Stephanie no contestaba, estaba comenzando a desesperarme, así que comencé a contar.
—¡Uno, dos, al diablo!
Cuando estaba lista para tumbar la puerta, escuché como habían pasos, abrió la puerta una Stephanie que estaba con mal aspecto, se notaba que había despertado, dijo mi nombre algo perturbada, la abracé tumbádola, llorando desconsoladamente, aferrándome a ella lo más que se podía.
—¿Qué ocurre? Son las 4 de la mañana, tengo sueño. —Me separé de ella, y la ayudé a parar, hipaba y sollozaba al mismo tiempo, era realmente desesperante. —¿Qué tienes? Tu corazón late demasiado fuerte.
Escuché un golpe. Volteé y vi que Stefie le había pegado un puñetazo, Ring Ring soltó una risa que enseguida fue silenciada porque puso sus manos en su boca, mientras que los demás tenían la boca abierta.
—Déjame explicarte, él no tiene nada que ver. —Ayudé a Garu, mirando como este estaba enojado. —Actuó sin pensar, no la culpes.
—Claro, pasen.
Pasamos, y nos sentamos en la mesa, ella fue la última, ya que se había ido a cepillar el cabello, estaba roja de la pena porque la habían visto según ella, en su mala imagen, se veía muy bien en mi opinión.
—¿Qué hacen aquí?
—¿Te acuerdas de Pucca?
Se quedó pensando un momento, negó hasta después de unos minutos parecer recordar algo, ya que cambió de expresión de confusión a una confundida. Asintió preguntando el porque de la pregunta, a lo que tomé aire contestando.
—Fue asesinada la noche del martes
Stephanie se quedó en shock, nos repasó con la mirada a cada uno de los presentes en la sala, le salió una risa nerviosa, incrédula, parece que también había entrado en shock.
—Oigan, si esto es una broma es de muy mal gusto.—Dijo en un hilo de voz. —Son las cuatro de la mañana y yo tengo mucho sueño.
—No es una broma, ¿crees que te vendríamos a visitar a las 4 de la mañana porque nos sale del culo?
Exclamó Abyo, serio, Stephanie pareció perderse en sus pensamientos.
—¿Entonces, en qué los puedo ayudar yo? No entiendo. —Comenzó a mover la pierna desesperadamente, sabía que era un tick nervioso, siempre lo había tenido. —¿Necesitan algo?
—Bueno, la ropa de ___ fue encontrada junto a la ropa de Pucca, queríamos saber si sabes algo. —La que habló ahora fue Ching. —Sé que ustedes iban de compras juntas, así que por eso también estamos aquí.
Ella se extrañó ladeando la cabeza un poco a la derecha, mostrando obvia confusión a lo que Dada acaba de decir, negando.
—Nadie ha estado aquí, sólo los turistas por el festival que hay aquí de comida.
Se paró, abrió las ventanas señalando los puestos de comidas, ahora cerrados debido a la alta hora de la madrugada que era, nosotros observamos el panorama para después vernos.
—¿Cuándo fue?
—Ayer, hoy también es la celebración.
—Bueno, tendremos que quedarnos a ver que es lo que nos encontramos.
Asentimos, Stephanie se paró dirigiéndose al pasillo entrando un poco, pero no lo suficiente para desaparecer de nuestra vista. Se quedó inmóvil viéndonos.
—Puedo ofrecerles estadia, tengo dos cuartos libres, pueden quedarse aquí hasta mientras. —Se paró, señalando los cuartos que estaban al final del pasillo. —No es ninguna molestia.
Sonreímos, sus palabras fueron muy dulce de su parte, asintieron. Agredecidos, comenzaron a instalarse, ella sonrió avisando que volvería a la cama para tratar de dormir. Tomé la mano de Garu, llevándolo hacia la salida.
—¿A dónde vamos? —Preguntó extrañado. —Ya iba a comenzar a instalarme en el cuarto.
Lo miré confundida.
—A mi casa, te puedes quedar conmigo hasta que encontremos nuevas cosas.
—¿Segura? Puedo quedarme con los demás.
Rodeé los ojos, sonriendo.
—No te preocupes, estoy segura que mi papá estará feliz de verte.
Garu hizo una mueca nerviosa, pero luego asintió. Caminamos unas cuadras en un profundo silencio, donde ninguno de los dos se atrevía a romper, pero eventualmente alguno tenía que hacerlo, cosa que fue él.
—¿Cómo te sientes?
Lo miré directamente a los ojos, parando mi caminar cubriéndome la cara suspirando.
—Todavía no lo creo, y el hecho que me estén culpando es peor, no quiero ser desterrada de Sooga.
—Haremos lo posible para que eso no suceda.
Garu tomó mi rostro y me besó, a lo que yo correspondí a los minutos tratando de calmarme. Su mano fue a mi mejilla, y yo me paré de puntillas para poder tener más acceso, me separé luego soltando un suspiro liberándome de emociones. Cuando llegamos, toqué la puerta suavemente, mi papá abrió extrañado y sorprendido por mi presencia.
—¿____, qué haces aquí?
Mi papá miró a Garu y extendió su mano saludando, este correspondió y entramos. Cuando le contamos también se sorprendió, pero mantenía su mirada seria.
—¿En serio? Una muchacha vino y preguntó por ti, estaba junto a una chica, pensé que eran tus amigos por lo que me dijeron y los dejé pasar.
Garu y yo nos mirarmos sorprendidos, ¡teníamos otra pista!
—¿Cómo eran?
Mi papá se quedó unos, ¿tres minutos quizá? En silencio tratando de recordar su aspecto, pero al final solamente dio una vaga respuesta.
—Para ser sincero no los vi bien, sé que eran dos chicas porque las vi por encima, pero de ahí no puedo ayudarles con mucho, perdónenme.
Los dos nos miramos con una sonrisa, emocionados, teníamos otra pista que nos iba a llevar al culpable, y eso significaba que me iban a dejar tranquila.
—No te preocupes papá, con lo que acabas de decir es un paso enorme.
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Un nuevo silencio [SEGUNDO LIBRO] [Garu y tú]
FanficLa relación estaba en su tope, todo iba en paz y todos estaban cómodos con su vida y satisfechos, nadie se esperaba algo que iba a sacudir tanto la aldea como la vida de ellos: Pucca había sido asesinada de una manera brutal, había sido un crimen de...