Fue en el décimo tercer día después de que la paz volviera, cuando la vida solitaria y aburrida de Jiang Cheng se acabó.
No, no es que él lo supiese todavía.
Habían pasado varios días ya desde la muerte de Jin GuangYao, las grandes sectas comenzaban a reestablecerse con Nie Huaisang como el Cultivador Jefe.
Como cada día de su rutina de líder de la secta Yunmeng Jiang; Jiang Cheng se encontraba trabajando sin descanso entre esas montañas de papeleos, idas y vueltas de zona a zona para supervisar el control de su secta; discípulos jóvenes buscando torpe e inocentemente consejos, a punto de sufrir un colapso con sus regaños; los más mayores balbuceando nuevos problemas en los que debería ocuparse, huían hábilmente evitando sus regaños.
Ese era básicamente su día a día en su vida como un líder de secta.
El anochecer había llegado de imprevisto cuando este orgulloso líder de secta sentía que sus rodillas temblaban y estaba a punto de reventarle la cabeza del dolor.
¿Acaso llegará el día en que tenga un mísero descanso?
Lo que es peor, cada vez que vuelve a sus aposentos la realidad lo golpea despiadadamente antes de dormir... está solo.
Frotó su entrecejo caminando, los seguros pasos de Jiang Cheng resuenan a través de los puentes que conectan los pabellones del Embarcadero de Loto, la sede de la secta Yunmeng Jiang. El murmullo de los insectos y las voces lejanas acompañando las luces del pueblo más allá de este recinto, son la melodía rutinaria del ambiente.
Apenas entra por aquella puerta doble con el más hermoso símbolo del loto con nueve pétalos, los pasos se detuvieron abruptamente.
El frescor del viento nocturno entró por su ventana, puede olfatear también esa fragancia natural del lago y los lotos a su alrededor.
Jiang Cheng cerró la puerta de la habitación tras de sí y dio un largo suspiro de cansancio, se debatía si debería atrancar la puerta para que nadie lo molestara.
Siendo sinceros, nadie tendría la osadía de molestarlo. Especialmente hoy que el ceño fruncido del líder de secta fue más remarcado de lo normal.
Al menos eso pensaba, hasta que una delicada voz se escuchó desde el otro lado y una muchacha abrió las puertas sin la mínima cortesía de esperar respuesta. Jiang Cheng maldijo en su mente mirando a través de la rendija el rostro delicado de la mujer asomándose, sostenía una espada para ofrecerla.
—Maestro Jiang, olvidó su espada.
—Lo que me faltaba ¡olvidar mi espada como Wei WuXian!— Jiang Cheng masculló entre dientes, dando un rígido "Gracias"
—El Maestro Jiang es un hombre ocupado, no se culpe por un pequeño descuido.
La joven se sonrojó, mirando a los ojos al líder de secta, parecía esforzarse en mostrar todos sus encantos para él. Estaba sonriendo cuando un enfadado Jiang Cheng tomó la espada y le cerró la puerta en la cara.
La esquina de la boca de la mujer sufrió de un tic nervioso, estupefacta su cara blanca se puso roja, mordió la uña de su dedo pulgar dándose la vuelta con un gesto sombrío.
Del otro lado, Jiang Cheng que no tenía ni idea de las reacciones de aquella mujer, dejó cuidadosamente la espada contra la pared y caminó lentamente hacia la ventana; su andar es seguro, el porte tan altivo y orgulloso, así como siempre suele mostrarse. Este feroz líder de secta desea mostrarse fuerte hasta el último minuto del terrible día que tuvo hoy.
Por dentro maldice, lamentándose del dolor a todo su cuerpo; está agotado física y mentalmente, ¡qué jodida vida llena de responsabilidades y cero compañía!
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Capturando a la Belleza [ChengXi]
FanfictionDespués de la muerte de Jin GuangYao, la paz ha regresado a las sectas. Jiang Cheng se fue a dormir maldiciendo su futura vida de soledad, pero el lugar donde despertó parece... ¿algo anda mal? Tan pronto como parpadeó pudo ver el ejército de cultiv...