CALL OF DUTY | one-shots

╰┈➤ 1 ✦ KÖNIG • 𝘖𝘫𝘰𝘴 𝘣𝘳𝘪𝘭𝘭𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴

Dato clave: König tiene ansiedad social.

El viento chocaba de manera violenta contra las copas de los pinos de varios metros de altitud, provocando un sonido desesperante para la mayoría de integrantes del equipo que intentaban refrescar su mente luego de la agotadora operación. Aún así, ya varios habían conseguido conciliar el sueño entre los arbustos y el vehículo mal aparcado cerca de un monton de rocas pesadas. Las armas ocupadas yacían, la gran mayoría, al lado de sus dueños u ocultas bajo pilares de hojas verdes junto a sus debidas máscaras, radios y cualquier otro tipo de material específico

La noche era cada vez más profunda y generaba una incomodidad extrañamente emocionante a aquellos que se mantenían despiertos junto a la fogata hecha por pedazos de troncos cortados con un cuchillo. Las llamas rojas y anaranjadas producían un chasquido repetitivo y se reflejaban en los dilatados ojos del único hombre sentado junto a ella. Iluminando su iris verde y convirtiendo su mirada apagada y desolada en una encendida y colorida.
Con los codos sobre sus rodillas y sus manos sujetadas entre sí, König no estaba muy seguro de lograr dormir esa noche. Estaba bastante ocupado intentando borrar ciertos recuerdos recientes e incómodos de su alborotada mente. Porque a pesar del éxito de la operación y de la rapidez con la que fue concluida, hubo factores que arruinaron por mucho aquel día para él.

Sostuviste la botella metálica de agua en tu mano y la inclinaste sobre tu cabeza para beber lo poco que quedaba en ella. Unas gotas rebalsaron tus labios y bajaron hasta perderse en la tela de tu camiseta de tirantes. Limpiaste tu mentón con tu muñeca y volviste a dejar el objeto al lado de tus botas bañadas en lodo.

König te dedicó una mirada lenta y observadora. Desde tu cabello amarrado y desordenado hasta el costado de tu cadera, donde yacían varios vendajes rápidos rodeandote todo el ancho de tu cuerpo. Estos estaban manchados de sangre, a pesar de que ya estaba seca y de que cada vez se volvía mucho más clara de lo que en un principio fue. Murmuró lo más bajo que pudo unas disculpas sinceras, pero éstas murieron chocando contra la tela que cubría su rostro.

—Es una mierda tener que soportar escuchar a John roncar como un puto rinoceronte después de un día como hoy —dijiste, entre una pequeña risa involuntaria. Aún sin despegar la mirada de la fogata y pasando de percibir los inquietos ojos de tu compañero.

—Seh...

Miraste el suelo y dedicaste un tiempo absurdo a jugar con las piedritas que yacían debajo de tus botas. A pesar de la cercanía que tenías con el soldado, no solían hablar mucho en privado, casi siempre compartían conversaciones cuando Ghost o algún otro amigo en común estaba entre ustedes. Pero cuando ambos se encontraban en el hostil ambiente de la soledad, no encontraban palabras justas, necesarias o al menos interesantes para soltar. Es cómo si de la nada se volviesen extraños.

—Nunca creí que me llevaría una bala en la cadera por no revisar todas las ventanas. Quiero decir, a veces yo misma me obligo a recibir estúpidos regaños de Price por las idioteces que hago... al menos fue solo una y no el cargador entero de alguien frustrado con un mal día ¿no crees? —terminaste de hablar y dirigiste tu mirada directamente a la de König, quién con rapidez abrió los ojos y evitó cruzarse con los tuyos en un intento desesperado por no notarse nervioso—. ¿Todo bien, amigo?

—Claro... sí, eh, sí —respondió. Reíste con su acento y su tonta pronunciación. Él te escuchó y ante eso se resguardó lo más que pudo bajo esa tela que evitaba que vieras su rostro enrojecido—. Qué... bueno no fue una bala de tirador. Las cosas pudieron salir peores.

—Ajá, lo sé... hablando de tiradores, escuché de tí bastantes cosas.

—¿Ah? ¿Sí? ¿Qué escuchaste? —preguntó. Reíste nuevamente y te pusiste de pie, rompiendo la distancia que los separaba para pasar a sentarte en el mismo montón de hojas que él. Inquieto, guardó sus manos detrás de su espalda y se movió hacía el lado contrario, cediendote gran parte del lugar.