- Por siempre y para siempre.

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Temática > Yandere.

ᴀᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀs.
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— Secuestro. —
— Muerte. —
— Obsesión. —
— Lo normal de cada historia yandere. —
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—¿Esta usted dispuesto a tenerles y protegerles de hoy en adelante, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, para amarlos y cuidarlos hasta que la muerte los separe?

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—¿Esta usted dispuesto a tenerles y protegerles de hoy en adelante, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, para amarlos y cuidarlos hasta que la muerte los separe?. —

— Si, estoy dispuesto.—

No querían que él se fuera como si era lo más fácil del mundo. Ellos sentían un miedo inexplicable a que  un día, algún día, su amado marido de ambos, Quackity, sería capaz de remplazarlos por alguien mejor que ellos o que simplemente se divorciara.


¡No era justo!

Él acepto. Acepto el matrimonio, ¡no era justo que se váyase en cualquier momento! Tenía que quedarse con ellos, tanto si quería como si no, su palabra no importaba y no lo hará.
Necesitaban a Quackity cerca, daba igual el modo, lo necesitaban. Por lo que ambos optaron en la idea de llevárselo, da igual si pataleaba, golpeaba, arañaba... Se iría con ellos en contra de su voluntad.


[. . .]

—¡Sapnap, Karl! ¡Déjenme ya! — Protestó Quackity mientras era cargado por Sapnap, intentaba forcejear pero aquellos intentos fueron exitosamente fallados, puesto que Karl también lo cargaba, como podía. Debido a la fuerza de ambos, era penoso intentar escapar.

— ¡Cariño! Pronto llegaremos, ten paciencia ¿si?. — Habló Karl esbozando una dulce sonrisa. 

—Deberías escuchar a tus esposos, ¿no? Solo ten paciencia querido. — Siguió Sapnap mientras aún caminaban.

Un prolongado silencio se hizo presente, Quackity ya se rindió en poner fuerza, para él era ya imposible escapar en esa situación. Por otro lado, Sapnap y Karl sonrieron victoriosos para ellos mismos. Rato después, llegaron a su destino. 


Varios intentos, todos fracasos.

[. . .]

El deseo de volver a inhalar aire fresco era interminable, de volver a correr libremente, de ver a seres queridos... De hacer lo que solía realizar en sus vulgares días, pero las finas cuerdas de alegres días fueron cortadas a sangre fría por personas que amaba. Se sentía como si la daga afilada del amor hizo le sangrar .

Era raro, no podía llorar pero su corazón estaba hecho trizas. ¿Por qué?

Un intento más no haría daño, ¿verdad?.
Pobre iluso.

Y con temor a ser nuevamente encontrado, se encerró en una habitación la cual por su mala suerte, no tenía ninguna salida. Con pánico y terror en su cuerpo, opto por esconderse detrás de un mueble con las esperanzas de no ser atrapado. No quería volver a ese sombrío sótano.

—¿Amoor? ¡Deja de jugar al escondite!. — Escuchó la voz de Karl cerca de la habitación. Su voz tan dulce y mimosa le hacía sentir asco. — ¡Quackity! Ven aquí, no te haremos daño.— Otra voz habló, era Sapnap quien también le buscaba. 
«No te haremos daño.» Algo que ya hicieron múltiples veces, solo otra gran mentira.

En eso, escucha golpes violentos en la puerta. Una noticia, malas noticias. Quackity solo se tapo la boca y la nariz con ambas manos, intentando hacer el menos ruido posible.
Se escucharon varios pasos por la habitación, objetos moviéndose de forma violenta, algún que otro sonido de vidrio roto. Hasta que todo se torno en un mar de silencio. 

— ¿Se habrán ido?— Pregunto Quackity en sus pensamientos. Para asegurarse, asomo su cabeza por encima del mueble, mirando toda la habitación. En ese entonces, sintió un agarre fuerte en su pelo haciendo que este se queje por el dolor inesperado.

— ¿Con qué aquí estabas, no? — Pregunto la voz de Sapnap mientras sacaba a Quackity de su escondrijo. — Cariño, ¿acaso no quieres estar con nosotros? — Preguntó de forma dulce y curiosa Karl. 

— Mejor muerto que con vosotros.— Escupió frías palabras Quackity hacía ambos. La actitud amable de Karl y Sapnap se esfumaron en segundos.
¿Tanto esfuerzo y les trataba así?

— ¿Mejor muerto que con nosotros, no? ¡Ellos nunca te amaran cómo lo hicimos nosotros! — Alzo la voz Karl hacía Quackity. ¿Estaba enojado? Sí, lo estaba.

— Cariño, cálmate ¿vale? Ya me encargare yo. — Dijo Sapnap mientras que a su vez, con fuerza estampo el cuerpo de Quackity al suelo, dejándolo adolorido y un poco inmóvil.

Y así hizo, se encargo de todo.

[...]

— ¡Buenos días! — Pronunció alegre Karl mientras entraba al cuarto con una bandeja la cual contenía el desayuno.

— Buenos días.— Respondió algo adormilado Sapnap mientras se sentaba en la cama junto a su amado, Quackity. Karl solo se acerco con bandeja en mano y la dejo encima de sus esposos, claro, en su rostro había una linda y dulce sonrisa.

Algo va mal, definitivamente va mal.

Un cuerpo se encontraba ahí. Un cuerpo que era abrazado, recibiendo afecto. Un cuerpo el cual no podía respirar más, uno sin alma. Sí, era él: Quackity. 

«Un intento más no hará daño, ¿verdad?» No, pero el precio fue pagado con su vida, siendo una muerte lenta y dolorosa. ¿La peor parte? Aquella tragedia fue hecha por alguien en quien confiaba y quería. Una tragedia injusta pero al mismo tiempo hermosa.

Un muerto en el mundo de los vivos. Y dos vivos dándole cariño a un muerto

— Ahora podrás estar con nosotros por siempre y para siempre — Pronunció Sapnap mientras abrazaba al cuerpo sin aire, lo cual Karl copió la acción.



La muerte no pudo separarlos.

¿Sabían que las mariposas pueden comer un cadáver en descomposición?Pretty cool, right?—Merrian

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¿Sabían que las mariposas pueden comer un cadáver en descomposición?
Pretty cool, right?

—Merrian.

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⏰ Última actualización: Feb 04, 2023 ⏰

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''Only you darling, only you.''Donde viven las historias. Descúbrelo ahora