CHAPTER ONE

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— ¡Corre Lizzie, no mires atrás! — gritó desesperado Steve, su padre.

Los dos se encontraban corriendo por el bosque de Filadelfia, era de noche y apenas podían ver por donde pisaban. Los dos estaban cansados de correr, llevaban horas huyendo de aquellos cazadores que les perseguían, seguían sin saber como les habían encontrado, pero no era un buen momento para pensar en ello. Decidieron adentrarse mas en el bosque buscando una pizca de esperanza, pero fue en vano.
El bosque contaba con muchísimos caminos distintos y el q fuera de noche no ayudaba nada. Decidieron probar suerte y entre todos los caminos posibles tomaron un camino secundario girando a la derecha pensando en q les daría un poco de ventaja.
Sin pensarlo decidieron echar a correr sin saber q aquel camino seria su próximo infierno.
Elizabeth no podía mas, estaba agotada y herida, llevaban días sin poder descansar.

— Papá no puedo más — Elizabeth decidió parar en medio del camino desplomándose del cansancio.

— Lizzie, debemos continuar, aguanta — Steve se agachó desesperado por coger en brazos a su hija pero de la nada un dolor agudo y punzante se presenta en la pierna izquierda de Steve. Steve horrorizado vió que una flecha de madera se había sido clavada en su pierna izquierda, Elizabeth aterrorizada miró hacia el frente encontrándose con un grupo de cazadores. Los habían encontrado. Elizabeth en un movimiento rápido cogió a su padre e intentaron huir pero se encontraron con mas cazadores, estaban rodeados. Sin escapatoria y sin ningún plan sus mentes quedaron en blanco y cuando quisieron reaccionar un cazador ya se había llevado a Elizabeth lejos de los brazos de su padre. Elizabeth con todas sus fuerzas intento zafarse de su agarre pero fue en vano, de un instante a otro, sus ojos se tornaron de un rojo escarlata al igual que el aura que aparecía sobre sus dedos, y con un movimiento de manos, el aura roja empujó al cazador haciendo que este salga disparado. Con las pocas fuerzas que le quedaban se encaro hacia los demás dispuesta a atacar hasta que divisó a su padre siendo apuntado en la cabeza con una pistola.

— Inténtalo rojita, a ver que le sucederá a tu padre — el canoso respondió. Inmediatamente el aura de sus manos desapareció, pero el color resplandeciente de sus ojos se intensificó por la rabia que estaba sintiendo.

— Que es lo que quieren — contestó Elizabeth con ese acento marcado que tenía gracias a todos los viajes que hizo.

— Te queremos a ti, rojita, nos pagaran muy bien por ti, por una criatura tan poderosa como tu, es una pena para ti que no sepas aprovechar todo el poder que podrías tener pero que alegría para nosotros poder cazarte tan fácilmente — dijo el cazador mientras que se acercaban los demás del grupo. — William, sácalo ya — dijo apuntando al chico que parecía ser el más joven que llevaba una mochila.

El chico llamado William sacó un collar de aspecto metálico con una luz brillante en el centro. Se acercó lentamente hacia Elizabeth, mientras que ella retrocedía un par de pasos. Dos cazadores la agarraron de los brazos y el primer instinto de Elizabeth fue huir aunque obviamente sin éxito.

Chaos witch. Eli HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora