XVIII: Volver a ser...

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Cuando Shisui me describió aquel lugar... Aterradoramente similar a como había sido en mi sueño, pensé en la posibilidad de estar equivocado, porque quizás habría muchos acantilados parecidos a Nakano, ahora que lo veo con mis propios ojos me doy cuenta de que sí, este es el lugar que soñé.

Me animé a soltar la mano de quien me acompañaba hasta llegar al centro de aquel espacio, miré a cada rincón, dándome cuenta de que recordaba cada cosa, los árboles, aquella enorme roca donde una versión más pequeña de mí y de Shisui veían el atardecer recargados sobre los hombros del otro.

Me dejé envolver por la tranquilidad de aquel lugar, cerré mis ojos y crucé mis brazos por mi torso al sentir las frías gotas de la cascada golpeándome el rostro, se respiraba un aire tan limpio y puro, así debió haber sido el amor que yo y Shisui tuvimos antes dé, suspiré incómodo al darme cuenta de que no habría manera de salvarlo.

Recuperar la memoria serviría únicamente para dar explicaciones, y confirmar que no había manera de que los dos pudiéramos seguir juntos.

Escuché sus pasos acercarse a mí lentamente, se detuvo justo hasta quedar a mis espaldas, de pronto su aliento se trasladó hasta mi oreja, tuve un estremecimiento por todo mi cuerpo al sentir aquel inesperado gesto de su parte, pero no me atreví a darme la vuelta y ver qué sucedía con él, simplemente esperé a que fuera el primero en actuar y terminar con esto.

━Justo aquí fue donde dijimos que nos amábamos, pasaron muchas cosas en este lugar, por eso es tan especial, también Nakano fue testigo de la tarde en que te propuse matrimonio, fue una pena irnos al otro lado del mundo y perder la posibilidad de verlo más seguido.

Lo sentí como un reproche, sabía, por todo lo que me había contado, que fue por causa mía el que nos mudáramos a un país muy lejos del nuestro, por cuestiones de mi trabajo, imagino que eso no debió gustarle mucho.

━Pero solo míranos, estamos aquí otra vez después de tantos años.

━Sí.

Fue lo único que pudo salir de mis labios luego de tal afirmación.

Poco a poco se fue separando, dejó de estar detrás de mí para caminar más hacia enfrente, justo a un metro del precipicio.

Lo miré extrañado, pero preferí no acercarme y quedarme en mi lugar sin juzgar, parecía meditar porque se quedó tan quieto sin decir nada, incluso juraría que su respiración apenas se percibía de lo calmada que era, sus brazos se extendieron lentamente a cada lado de su cuerpo como si fuera un ave.

No quise interrumpir su momento, caminé hasta llegar a la enorme piedra donde no dudé en sentarme, también me le quedé viendo cara a cara al amanecer, el sol se hacía más grande, y el cielo se pintaba de un azul cada vez más claro.

━¿Entonces es igual a como lo viste en tu sueño? ━me preguntó sin mirarme, una parte de él todavía seguía un poco preso en la frescura de la cascada y de sus recuerdos.

━Es idéntico ━murmuré seguro.

A pesar de haber tenido el sueño hace ya varias semanas seguía siendo muy vívido y claro, y más ahora que estoy en Nakano, viviendo esto en carne propia y no dentro de una visión del pasado.

Lo curioso, es que no había vuelto a soñar nada similar, es decir, con algún lugar o momento de mi infancia o cosas así, de hecho, la mayoría de mis noches eran oscuras, vacías, o hasta insomnes, donde la negrura cubría cada extensión de mi propia imaginación sin dejar un solo espacio libre.

Al principio estuve muy emocionado desde ese día, mas nada interesante volvió a pasar, y tampoco ahora.

Sabía que no volvería todo de una sola vez al ver a Nakano, pero me desesperé cuando por más que me esforzara y me concentrara en encontrar reconocidos los alrededores, más allá de todo lo que ya había visto previamente, lo único que conseguí fue que me doliera la cabeza.

El ayer que olvidé ━━ 𝘚𝘩𝘪𝘴𝘶𝘐𝘵𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora