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Todo se queda en casa III

En la tarde fuimos a comprar los trajes para el baile, y en las noches seguimos durmiendo juntos y aveces él me metía los dedos o yo le hacía una paja antes de dormir.

Tres días después de nuestro último polvo llegaron mis padres de nuevo a casa, yo saludé a mi padre con un beso en los labios y a mi madre con un abrazo. Mi padre no quiso saludar a David, y por el contrario mi madre si lo abrazó y le dió un beso en la comisura de los labios. Fueron a su habitación a desempacar sus maletas, y yo me fui a prepararles algo de comer, mientras David regresaba a su rutina habitual de estar todo el día encerrado en su cuarto.

Merendamos y luego mientras mi madre se daba una ducha, mi padre estaba en la sala de estar conmigo y no me quería dejar ir arriba, estaba muy desconfiado.

-¿Le contaste algo a mamá?

-Eso lo tienes que hacer tú misma, yo no le pienso decir nada.

-Gracias.- le dije.

-Cariño, ¿Por qué te estás cubriendo tanto?

-Por nada, solo hoy tengo ganas de vestirme así.- le dije y él me miró con una ceja levantada.

¡Mierda! Me descubrió. Aún no habían desaparecido los chupetones por completo, y hasta ese momento, tendría que usar ropa de cuello alto, sin escotes y sin blusas cortas ya que en mi cuello, pecho y cintura aún tenía rastro de los chupetones.

-Bueno, si tu lo dices.- dijo y cambiamos de tema. -¿Ya te enteraste que en unos días habrá un baile?

-Sí, e incluso ya compré un vestido.

-Que bien, enséñame.

-No, es una sorpresa, lo verás en el baile.

-Vale. Ahora ve arriba que pronto saldrá tu madre del baño y necesitamos un poco de privacidad.- dijo, le di un beso en los labios como de costumbre y me fui a arriba.

Al subir fui a la habitación de David y toqué su puerta. Él me abrió.

-Pasa.

-¿Qué estabas haciendo?

-Adelantando algo de trabajo- dijo y me hizo una seña para que me sentara a si lado. -¿Qué te ha dicho tu padre?

-No mucho, solo que le pareció extraño de la forma en la que me estaba vistiendo, pero no me mencionó nada sobre nosotros.

-Mmmmm vale.- dijo y yo me recosté en su pecho.

-Amor...- dije, cerré su computadora y la hice de lado.

Seguido de esto puse mi cuerpo sobre el suyo sentándome en sus piernas y lo comencé a basar apasionadamente.

-Siendo así prefiero estar contigo que con mi computadora.

-Lo sé.- dije y volví a sus labios.

Luego él me recostó y se puso sobre mi cuerpo para seguir besándonos, yo metí mis manos bajo su camiseta y se la comencé a subir.

-¿Qué haces?- dijo despegándose del beso. -Tus padres están aquí.

-¿Y eso que importa? Van a estar ocupados un buen rato, porque son mínimo dos rounds los que van a hacer; Y tu y yo acabaremos antes de que ellos lo hagan. Solo no haremos mucho ruido.- dije y le guiñe el ojo.

-Siendo así- dijo y se sacó por completo la camiseta. -que comience la acción.- dijo y me besó de nuevo.

Me besaba con tanto deseo mientras introducía su lengua, luego se separó y descendió a la parte descubierta de mi cuello.

-Oye, no. Ya para, no puedo permitirme más de estos. Mejor saltemos esta parte ¿Vale?- él asintió.

Luego de esto se deshizo de mi blusa por completo dejando mis tetas al aire, luego pasó por mis shorts y los lanzó a un lado, dejándome solo en las finas y delicadas tangas azules que tenía. Luego de esto yo le bajé su jogger y él quedó complenamente desnudo ya que no poseía ropa interior. Le hice una mamada rápida y luego él se acostó en el piso, ya que la cama hacía más ruido y tal vez se dieran cuenta de lo que hacíamos; luego yo me senté sobre él y comencé a mover mis caderas en círculos sobre su gran miembro mientras él miraba detenidamente mis tetas, las cuales con cada movimiento rebotaban. Luego dejé de moverme y comencé a brincar sobre él mientras ambos gemíamos lo más bajo que podíamos y él apretaba mis tetas fuertemente.