Únıcα Pαrte

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—Día de mierda —salió de la boca de Kidou, suspirando en el proceso. Ese día en específico, los socios de la empresa desistieron de hacer la fiesta por el término del campeonato, lo cual le había cabreado, ya que llevaba varias semanas planeándolo. Esperaba poder reunir a sus viejos amigos y compañeros en esta fiesta, para así poder celebrar todos juntos; además de que sería la oportunidad perfecta para que las escuelas pudieran compartir como amigos y no como enemigos.

Le pidió a su chofer dejarlo fuera de algún bar, ya que deseaba tomar algo para alejar las ganas de matar a todos y cada uno de sus socios. El chofer paró frente al primer bar que encontró.

—Puedes irte —le habló Kidou bajándose del auto—. Te llamaré cuando quiera volver a casa, así que aprovecha de descansar un rato— su chofer asintió, poniendo en marcha el auto y volviendo a la mansión de los Kidou.

El pelicastaño entró al local, yendo directamente a la barra y pidiendo un whisky. Mientras le servían, se quitó sus anteojos y los guerdó en el bolsillo de la chaqueta, para así, descansar un poco su vista. En cuanto el bartender le sirvió su trago, comenzó a beberlo, sin darse cuenta que a su lado había alguien conocido.

—Vaya, vaya, Yuuto Kidou —habló el, para ese entonces, desconocido. Kidou volteó su mirada hacia este, logrando ver a quien menos esperaba: Akio Fudou.

—¿Fudou? ¿Qué haces aquí? —preguntó sorprendido—. Deberías estar en el hospital— Fudou le miró con una pequeña mueca.

—Quise cambiar de aire —respondió— ¿Y tú? No esperaba verte en un lugar así. Normalmente irías a un bar de clase alta—mencionó sarcásticamente. Kidou solo suspiró.

—Necesitaba un trago con urgencia —mencionó tomando otro sorbo— ¿Te gustaría acompañarme? —preguntó a su ex-compañero. Fudou le miró sorprendido, pero al instante, una sonrisa se hizo presente en su rostro, asintiendo ante la invitación.

—Pero tú pagas —habló, haciendo reír al pelicastaño. Kidou pronto llamó al bartender e invitó a Fudou a pedir el trago que quisiera—. Un Blue Hawaiian —el joven entrenador de la Royal Academy le miró sorprendido, a la vez que pedía otra copa de whisky.

—¿Un trago dulce?

—Es delicioso —mencionó el contrario—. Deberías probarlo —Kidou le miró pensativo.

—Creo que no va conmigo..., ni contigo —Fudou sonrió ante las palabras del contrario.

—Tal vez. Pero eso no quiere decir que sea un buen trago.

El bartender sirvió los pedidos, y prontamente ambos jóvenes chocaron copas, bebiendo lentamente de estas. Fudou disfrutando del dulzor de su trago, y Kidou de la amargura.

—Y bien —habló Fudou, dejando su copa en la encimera de la barra— ¿A qué se debe que hayas venido a un lugar así? —Kidou suspiró. De verdad que había suspirado bastante desde que se reencontró con el ojigris.

—Problemas con los socios de la empresa —mencionó bebiendo otro sorbo de whisky—. Los idiotas no aceptaron el hacer la fiesta que tan delicada y detalladamente estaba planificando —respondió con el ceño fruncido.

—Oh, ya veo —respondió el ojigris un poco confundido—. Y eso te tiene jodido.

—Exacto.

—Pues gracias socios —Kidou le volteó a ver rápidamente entre confundido y enojado—. Necesitaba saber que alguien aparte de mí te puede hacer enojar fácilmente —mencionó con una sarcástica sonrisa mientras volvía a tomar su copa y beber de su contenido.

—Eres un idiota, ¿lo sabías? —habló el ex-centrocampista.

—Me lo han dicho muchas veces.

Producto del Alcohol (Kidou x Fudou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora