capítulo 14

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— Hola, Jiaxing, ¿cómo estás? ¿Te has sentido bien? Toma asiento acá para revisar tu presión arterial.—señaló la silla que estaba junto a una mesa pequeña.

— Sí, sólo he tenido un poco de dolor de espalda y algo de acidez, nada preocupante.—me senté esperando a que sacara sus instrumentos. Asintió mientras se acercaba a mí y me ponía la banda en mi brazo. 

— Es normal, para la acidez puedes comer pequeñas cantidades seis veces al día en lugar de tres comidas copiosas, también evita el picante y los cítricos.—comenzó a bombear el aparato y sentí la presión en mi brazo.— Para el dolor de espalda prueba un baño con agua tibia, si el dolor persiste dímelo para recetarte un analgésico... Ya está, tu presión está bien, dentro de lo normal. Vamos a pesarte.

Quitó la banda de mi brazo y me puse de pie caminando hacia donde tenía la báscula. Así pasé la siguiente hora, haciéndome pruebas para ver si el bebé y yo nos encontrábamos bien, por suerte así fue.

— Ya sé el sexo del bebé, ¿estás segura que no lo quieres saber?—dijo la doctora Chan mientras me acompañaba a la puerta de su consultorio. Negué volteando a verla.

— Díselo a mi suegra, seguro que querrá hacer una fiesta para contarle a todos sus conocidos. Nos vemos en la siguiente cita.—fue lo último que dije antes de irme para salir del hospital. Andrew tenía un viaje de negocios así que no podía pasar por mí como las veces anteriores y me negué a que mandara al chófer de su familia. No quería depender completamente de la familia Wong.

Caminé un par de calles buscando un taxi, pero parecía que la suerte no estaba de mi lado porque no pasaba ninguno, me arrepentía de haber olvidado mi celular esa mañana. Conforme pasaban los minutos me ponía más ansiosa, no solía salir sola después de aquel incidente... De sólo recordarlo comencé a hiperventilar y a sudar, tuve que detenerme para tratar de tranquilizarme, me apoyé de una pared cubriendo mi boca y nariz con mi mano, había leído esa técnica en internet y me había servido en el pasado.

Después de un rato pude relajarme y volví a caminar ignorando las miradas que me daban las personas que estaban a mi alrededor. Ninguno se había acercado a preguntarme si estaba bien, lo cual agradecía. Seguí caminando unas calles más, hasta que sentí que alguien me seguía, aceleré mi caminar pero esa persona también lo hizo, por lo que comencé a correr.

— ¡Espera, Jiaxing! ¡Hija!—me detuve de golpe al escuchar esa voz. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi corazón comenzó a latir con fuerza, tenía años sin escuchar esa voz, esa voz que me leía cuentos antes de dormir o me felicitaba cuando hacía algo bien. Me giré con las lágrimas corriendo por mis mejillas y miré a esa mujer.

— Mamá...—aunque tenía la vista borrosa pude ver su asombro al ver mi vientre, se acercó rápidamente a mí y me abrazó, no pude corresponder su abrazo. La había extrañado muchísimo, pero también le tenía resentimiento por abandonarme cuando más la necesitaba. Se alejó cuando vio que no correspondí su abrazo.

— Te extrañé mucho, no sabes cuánto...

— ¿Si me extrañabas por qué no me buscaste?—la interrumpí apretando los dientes, sintiéndome enojada de repente.

— Lo intenté pero tu padre no me dejó, inventaba excusas  para que no pudiera verlas y un día simplemente desaparecieron, no supe donde estaban hasta hace poco... Busqué a tu hermana, ella me dijo que ambas me odiaban, que estaban mejor sin mí y que las dejara en paz, no quise molestarlas más.—la miré sorprendida, Huixing nunca me dijo que se encontró con nuestra madre.— Vayamos a hablar a un lugar más tranquilo, vamos, te deben estar matando los pies.

La seguí hasta una pequeña cafetería que estaba cerca de donde nos encontrábamos. Nos sentamos en la esquina más alejada, pedí solamente un vaso con agua mientras que mi madre pidió un café negro.

— Huixing nunca me dijo que se habían encontrado...—murmuré jugando con mis dedos.— Y... No te odio, creí que me habías abandonado por ese hombre, que ya no te importaba...

— No, nunca fue así, siempre pensé en ti y te busqué por años, parecía que tu padre tenía a gente de su lado para que no pudiera encontrarlos.—extendió su mano hacia mí para que la tomara y eso hice, su tacto era muy cálido, justo como lo recordaba.

—  Mamá... ¿Cómo tomaste la decisión de irte con ese hombre?—pregunté mirándola a los ojos, parecía sorprendida por mi pregunta.

— Bueno, no fue fácil, lo pensé por mucho tiempo... Estuve viéndolo a escondidas durante seis años, imagínate, tardé tantos años pero al final lo hice... En él encontré la seguridad y el amor que no tenía con tu padre, fue una conexión especial, no sé como explicarla...

— Creo que te entiendo, yo también la sentí con alguien.—bajé la mirada a mi vientre y lo acaricié suavemente.— Ese alguien es el padre de mi bebé pero no es mi esposo... Es cierto que los hijos siempre repiten los errores de sus padres.—reí sin gracia.

Mi madre se quedó en silencio viéndome pero no dejó de darme caricias en el dorso de la mano. Era impresionante como me tranquilizaba su toque.

— ¿Es por eso que me preguntas como decidí dejar a tu padre?—asentí.— Bueno... Pensé que si seguía con tu padre iba a terminar muerta, dejarlo era algo que ya tenía decidido. Irme con Mingxuan fue una decisión que tomé después de pensar que llevaba toda mi vida haciendo lo que los demás querían, nunca había hecho algo que yo quisiera hacer, así que por una vez me puse primero a mí y a mis deseos, y no me arrepiento de hacerlo, soy muy feliz con él... No sé si sea buen momento para decir esto pero... Tienes una hermanita, se llama Yiyang.

— ¿Qué?—no dejaba de llevarme sorpresas, ¿tenía una hermana menor?

Sacó su celular para enseñarme fotos de mi hermana, tenía siete años y se veía que era una niña muy alegre. No pude evitar sentirme triste al ver una foto de los tres, se veían como la familia perfecta, aunque me alegraba que mi madre fuera feliz después de lo que sufrió con mi padre.

— Jiaxing.—aparté la mirada del teléfono para mirarla.— Si un día decides dejar todo, no dudes en venir con nosotros, nuestras puertas están abiertas para ti siempre. Esta es nuestra dirección, es algo lejos pero supongo que eso es mejor.

Escribió su dirección en un papelito y me lo dió, la dirección no era de Hong Kong, sino que era de Macao, muy cerca de la casa de Hendery. Sonreí para mis adentros, el destino era algo cruel.

— Ya me tengo que ir, hija. Ten mi número, llámame si necesitas algo, algún consejo de maternidad o si simplemente quieres hablar de cualquier cosa.—nos levantamos y me dió un último abrazo. Me pidió un taxi y se quedó conmigo hasta que me subí a este, la miré por la ventana despidiéndome de ella con la mano.

Hablar con mi madre me ayudó mucho, me hizo ver que yo era dueña de mi vida y de mis decisiones. No me iba a quedar en un matrimonio por un hombre que se dejó caer en la adicción y el libertinaje, ni por una herencia o por un señor que quería sentirse mejor consigo mismo antes de morir. 

— Lo siento, Hendery, Andrew, señor y señora Wong, por primera vez me pondré a mí primero.

Forget Your Boyfriend | henderyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora