La palabra emoción es algo que van a ver mucho aquí, me pasa con mucha frecuencia, soy muy sensible a esto, no puedo creer que ya sea sábado, estoy ansiosa por qué ya llegué Tyler, bueno, su familia, estoy dispuesta a intentar hablar con el lo más que pueda.
—Ya llegaron —Mi mamá me tocó el hombro con delicadeza.
Gire mi cabeza hasta la puerta y ahí lo ví.
No se desde cuándo comenzó a verlo de forma diferente, todo de el me parecía sencillamente hermoso, su cabello castaño oscuro, sus ojos cafés con un ligero brillo, que me derretía totalmente, sus mejillas levemente sonrojadas y.........sus labios.......eran los más hermosos que habia visto, no se cuánto tiempo estuve ahí, parada mirándolo tan detenidamente.
—Jess.....jess... ¡Jessica!
Que vergüenza me he tardado mucho tiempo mirándolo.
Bajo mi cabeza sonrojada, ahora mismo debo parecer un tomate.
La mamá de Tyler se sentó junto a la mía y Tyler se sentó a mi lado, estaba nerviosa, las palmas de las manos me sudaban, hacia lo más posible por limpiarlas de forma disimulada, pero al parecer fue imposible.
—¿Estás nerviosa? —Esa voz, la voz más bella que he escuchado, Tyler.
—¿Q-quien? ¿Yo? —Bufe —Claro que no.
Mire hacia otro lado.
Todo mi plan de hablar con el se fue por un tubo.
No dijo más nada durante toda la reunión, ni yo dije palabra alguna.
A la hora de irse estaba por levantarme de mi asiento para despedirme de la señora Karla pero no te cómo tomaron mi celular que está en mi regazo, era Tyler, lo había tomado.
—Debloquealo —Ordeno.
Lo mire algo confundida y el pareció entender.
—Tranquila no te voy a revisar nada —Sonrío.
Cada vez que lo veo sonreír causa estragos dentro de mi.
Tome el celular y lo desbloquee.
Note como tecleaba algo pero no tenía ni idea de que era lo que hacía.
—Ten —Estiro su mano junto al celular.
Lo tome, pero no entendía que acababa de pasar, el al parecer leyó la confusión en mi rostro y dijo.
—Ahora ya tienes mi número —Me quedé sin aliento, sentí que deje de respirar y mirarlo a él no me ayudó de mucho.
Estaba sonriendo en grande, sus ojos casi desaparecen,comencé a sonrojarme.
¡No, no, no!
Por qué me sonrojo tan fácil.
Baje la mirada.
—Ya me voy —Dijo finalmente —Espero y la pases bien —Se acercó y me dió un beso en mi mejilla.
Me dió un beso, me dió un beso, ¡Me dió un beso!
Si antes estaba roja ahora estoy peor, no me lo creo, ¿De verdad esto está pasando?
—¿Jess, estás bien? —Pregunto la señora Karla.
No pregunte, por favor.
—Estas toda roja —Se acercó preocupa y tocó mi rostro con delicadeza.
¡Nooo!
—S-si, estoy bien...
Huy si claro.
Ella asistió.
—Vamos Tyler —El me dió un último vistazo y siguió a su mamá.
Cuando los ví desaparecer por la puerta de inmediato dirigí mis manos a mi rostro, estaba caliente, tape mi boca con ambas manos y ahogué un grito, sonaba como una fangirl.
No les pasa que hay momentos que no puedes creer que hallan sucedido, que imaginabas en tu mente y que no habían pasado de ser imaginarios y cuando pasan te dejan sin aliento.
La vida está llena de momentos felices, no tan felices y malos, pero debemos de aprender a sobrellevarlos de la mejor forma posible y no ser consumidos por el miedo, yo era de esas chicas que cuando sucedía algo mi solución era llorar, lloraba y lloraba hasta que me quedaba seca pero ahora prefiero hablar las cosas que dejarme dominar por el miedo.
Comenzaba a oscurecer y mi mente solo repetía una y otra vez, sus labios tocando mi mejilla. Puse mi mano en mi mejilla.
Un leve sonrojo invadía mi cara mientras sonreía como una tonta, el sonido de mi celular me hizo volver a la realidad.

Deje de respirar.No pensé que de verdad me fuera a escribir.

Pensar en ti.Lo pienso pero no soy capaz de escribirlo
Espero su respuesta pero noto que se tarda mucho en escribir, por un momento pensé que no me iba a responder, así que apague el celular.
Se aburrió de hablar conmigo?
Cualquiera lo haría Jessica.

Yo tan paranoica.

Mierda.
Y ahora que le digo, no puede ser.

Se preocupo, me acaba de decir que se preocupo por mi, es imposible, el no se pudo haber preocupado por mi, nisiquiera cruzamos palabra alguna.
Bravo Jessica, súper creíble, desde cuándo te duele la cabeza te pones roja.
Linda...
Mis mejillas se tornaron rojas podía sentirlo.
No se por que se agrego de esa forma, tengo el presentimiento de que así lo llaman en casa.
Apague mi celular y me quedé mirando el techo con una gran sonrisa, no puedo creer lo que acabo de pasar, me dió un beso en la mejilla, me dió su número y me escribió.
Tal vez quiera empezar una amistad conmigo.
Pero, ¿Por qué ahora? ¿Por qué después de tanto tiempo?
ESTÁS LEYENDO
Destino: Sigue a tu corazón pero asegúrate de llevar tu cerebro.
Teen FictionJessica y Tyler fueron vecinos por años pero jamás se dieron cuenta de que todo el tiempo estuvieron viviendo al lado del amor de su vida.