Supe que yo era una vergüenza para él, asi que para recompensarlo lo amé a ciegas.
Lo amé tanto que olvidé que es un sentimiento y no un deber.
Le di mis plegarias.
Recé cada noche para que no bajara la voz al decir mí nombre y explicar quién era yo.
Lo amé, lo amo, lo amaría incluso si ya no puedo recordar quién es.
La costumbre de amarlo ha reemplazado mí corazón.
En mis venas corre su nombre.
En mis huesos se albergan las esperanzas que tuvo al verme.
Y en mí carne resiliente, dura de roer, pero muy fácil de escupir. Está quien siempre lo excusará.
Lo amé cuando era un extraño.
Lo amé cuando era un conocido.
Amigo.
Padre.
Lo amaré, cuando sea tierra.Aveces somos quien ama.
Otras, quienes son amados.Y los que quedan; escriben.
[No hay nada de qué avergonzarte]
