capitulo 46

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Minho despertó al sentir la luz del sol entrando al camarote y una enorme sonrisa se dibujó en su rostro al encontrar a Seungmin dormido entre sus brazos

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Minho despertó al sentir la luz del sol entrando al camarote y una enorme sonrisa se dibujó en su rostro al encontrar a Seungmin dormido entre sus brazos. Los recuerdos de lo ocurrido la noche anterior inundaron su mente mientras besaba el rostro del menor y acaricia su suave piel sin que él despertara de su sueño.

El pelinegro había en su pasado adolescente antes de estar con Seungmin, había teniendo encuentros sexuales con tal de que su corazón olvidara la pena que sentía al no estar junto al amor de su vida, pero al estar con Seungmin sintió lo que nunca había sentido con ninguna otra persona, ya que lo que hubo entre ellos no fue un simple acto sexual.

Lee Minho realmente había hecho el amor por primera vez en su vida, entregándose completamente a su amado Minnie, sonrió aún más ante esa idea, porque no solo se entregó plenamente a Seungmin, el menor también se entregó por completo a él.

Minho aun sufría al recordar esa noche, la noche en que lo lastimó tan salvajemente, la noche en que lo abandonó, lo difícil que fue, aquel triste beso que le dio y cada lágrima mientras se iba a internar.

El menor abrió lentamente los ojos y sonrió cuando su mirada se encontró con la de Minho, no había nada más hermoso para él que el ángel que se encontraba entre sus brazos, ambos aun desnudos bajo las sábanas.

—Hola...

—Buenos días, Minnie.

Minho acerco su rostro y lo beso dulcemente, totalmente diferente a los besos apasionados que habían compartido la noche anterior, aunque no por eso menos especial. Era el primer beso de su primer día nuevamente juntos.

—Creo que aún estoy soñando al tener al más bello ángel a mi lado.

—Entonces creo yo también debo de estar en tu sueño, ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que me sentí tan bien por la mañana, no quiero que despertemos de este sueño.

—Siendo así, no despertemos nunca, no tengo ningún problema en que los dos nos quedemos aquí para siempre, sin que nadie nos moleste.

—No dejare que te vayas de mi vida otra vez, Minnie.

Volvieron a besarse y Minho rodo en la cama sin romper el beso, quedando encima de Seungmin, que enterró su mano en su cabello acercándolo más al menor, sin dejar de acariciarse cuando escucharon algunos gruñidos que los hicieron separarse.

Se miraron por unos momentos antes de empezar a reírse por lo que pasaba ya que la noche anterior no pudieron bajar al puerto para ir a cenar y ahora se morían de hambre.

—¿Crees que nos puedan traer comida a la suite, Minho?

—Sí, nos traerán todo lo que queramos, aunque lo único que se me antoja ahora es comerme un Minnie a besos.

—¿Enserio?

—Sí, eso es lo único que quiero.

Minho nuevamente beso a Seungmin y se quedaron en la cama largo rato hasta que ordenaron el desayuno. Después de comer, se alistaron y organizaron sus maletas; poco después del mediodía, los dos bajaron del crucero y llegaron hasta un elegante auto convertible rojo que los esperaba en el puerto y guardaron en la cajuela sus cosas.

El inicio de una aventura para los dos.

Recorrieron durante varias horas los caminos del lugar donde estaban, un lugar de Seúl que el menor no conocía, contemplaba el paisaje que les regalaba la ciudad, Seungmin miraba fascinado ante la belleza de la vegetación australiana.

Al atardecer llegaron a una preciosa fuente en la plaza central en donde se vivía un ambiente de fiesta, la gente caminaba en todas direcciones dificultándoles el paso a los conductores, por lo que Seungmin y Minho quedaron en su auto, atrapados entre la multitud.

—¿Qué es lo que pasa, Minho? ¿Por qué hay tanta gente?

—Celebran la noche de las luces.

—¿La noche de las luces?

—Es una fiesta tradicional de este lugar, se encienden pequeñas velas que se ponen en barcos miniatura en el lago con la esperanza de que se cumplan los anhelos de quien enciende esa luz, por eso es que te traje aquí para que la vieras, Minnie.

—Lo puedo ver por toda la gente que hay aquí ¿Iremos a encender una vela en el lago?

—Por supuesto, más adelante hay un hotel, ahí dejaremos nuestras cosas y el auto, y saldremos a caminar por el pueblo.

Un rato después llegaron a un hotel en donde se hospedaron, dejaron sus maletas en su habitación y salieron a caminar por las calles hacia el lago, ya había oscurecido y las estrellas brillaban en lo alto, mientras Seungmin y Minho se mezclaban entre la gente como una pareja más de las tantas que había en el lugar, caminaban tomados de la mano observando todo lo que había a su alrededor, las personas y los lugares en donde vendían comida típica, artesanías de la zona y velas en sus pequeños barcos para llevar al lago.

Minho compro un par de velas con sus respectivos barcos mientras Seungmin observaba todas las cosas que vendían en aquel lugar, desde ropa y dulces de la región hasta diversas piezas de joyería hechas por artesanos de la zona.

El pelinegro la vio recorrer lo tienda como si fuese un niño curioso, se acercó a él y noto que observaba los diversos dijes que vendían con mucha curiosidad.

—Se te vería muy lindo uno de esos dijes, Minnie ¿Cuál te gusta?

—Eres muy amable, pero ya has hecho muchas cosas por mi desde que estoy en Australia, Minho, no puedo dejar que me compres más cosas.

—Quiero hacerlo, así siempre llevarías algo que te recuerde a mí y los días maravillosos que estamos viviendo —dijo él dándole un pequeño beso —Es solo un pequeño regalo, muy pequeño comparado con lo feliz que soy a tu lado,

—Minho...

—¿Qué te parece este? —pregunto Minho tomando un collar con un dije con una piedra color zafiro en forma de estrella.

—Es muy hermoso el zafiro.

—No es un zafiro, Innie, esta piedra se llama azulea; se parece mucho a los zafiros, pero la azulea es mucho más valiosa.

—Es precioso...

—Y tú te vez mucho más hermoso de lo que eres usando una azulea —dijo Minho colocando el collar alrededor del cuello de Seungmin — Creo que esta es la piedra perfecta para ti.

—Gracias, Minho.

Seungmin lo miro con una sonrisa alzándose de puntillas y lo besó, Minho pago el dije tras lo que ambos salieron rumbo al lago. Al llegar ahí, había muchas personas en la orilla colocando sus barquitos con las velas encendidas, que pronto se fueron uniendo a los que había al centro del lago creando un hermoso espectáculo de luces sobre el agua.

Seungmin y Minho encendieron sus respectivas velas que colocaron sobre las aguas del lago, el pelinegro abrazo al menor sin dejar de pensar en que Seungmin nunca tuviera que irse de Australia, para que estuvieran juntos siempre sin que nadie pudiera arruinar su felicidad.    

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