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Elizabeth's POV:

Seguía de pie esperando su respuesta, a estas alturas está en mis venas molestarla porque si, porque no y por si acaso. Pero esta vez la jugada no salió como esperaba, en un rincón de mí tenía esperanza de que me arrancara la ropa ya, y la tensión que existía entre nosotras desapareciera. Hasta que recordaba que aún tenía una conversación con Tatiana y mi corazón comenzaba a juntarse creando dudas en mi cabeza de qué será lo correcto.

- Tu habitación está lista, puedes arreglarla como quieras -aún seguía sacando las cosas del auto que compró por testaruda, luego me dispuse a salir llena de dudas.

- ¿Te rendiste? -su voz se escuchaba distante, aún tenía la cabeza metida en la cajuela, pero podía notar cierta burla en su tono de voz.

- No -mentí haciendo una mueca para mi misma- pero si cambias de opinión, mi habitación está al final del pasillo.

Entré a la casa negando para mi misma, mis padres esperaban en la sala para marcharse.

Mi madre me hizo señas para la cocina; abrió la puerta de la nevera y se quedó mirándome, tenía su mirada clavada en mí, evidentemente esperando por respuestas.

- No lo sé -dije al fin- estoy confundida.

- ¿Tan confundida como para meterla en la casa? -hizo una mueca tomando una uva que colgaba por fuera del plástico.

La fulminé con la mirada, pero al final me rendí. Ella tenía razón, estaba jugando a la ruleta rusa. Hice un pequeño berrinche en el mismo lugar para luego lanzarme a uno de los lugares más seguros, los brazos de mi madre.

- No sé qué hago -sollocé limpiándome las lágrimas- estoy tan confundida, mamá.

Terminé contándole todo, lo que encontré en el monitor y todas las veces que nos habíamos besado por que simplemente teníamos ganas o porque sentíamos que era lo correcto, también todas las veces que hemos hablado sobre nosotras y concordamos que era mejor alejarnos. Que no era el momento.

- ¿Ella lo sabe? -fue lo único que preguntó.

- No he tenido el valor -aún estaba abrazándola, quería seguir sintiéndome segura. En los otros brazos en los que me sentía segura se estaban acomodando en mi cuarto de visitas, estaba apunto de ir y lanzarme a sus labios nuevamente. Lo cual no es una buena idea.

- Elizabeth, no te diré qué hacer. Ya estás un poco grandesita para yo decirte qué hacer, pero no te engañes. Además creo que es justo que ella lo sepa, sufrió mucho por eso. Sufrieron mucho por ello.

Despegó mi rostro de su pecho, secó mis lágrimas dándole un beso en la mejilla para luego marcharse. La escuché pelear con mi padre sobre algo a lo cual no pude evitar reírme.

Aseguré que todo estuviese en orden en la casa para luego subir a ver a los niños. Yelena y Scarleth dormían juntas, aunque tenían su cuarto. Scarleth no podía dejar de cuidar a su hermana. Busqué en el cuarto de Olson pero no estaba, lo cual me estuvo raro. Los tres estaban en el cuarto de Yelena, dormidos en una cama inflable que tienen que haber llenado con los abuelos. Acomodé sus sábanas, les di un beso suave en la mejilla y cerré la puerta.

Quería ver si Scarlett estaba despierta, pero solo ver si ya se había acomodado y no necesitaba nada. Traté de ir por el pasillo lo más cautelosa que podía hasta llegar a su puerta. Me acerqué poniendo la oreja, pero no escuché nada. Intenté tocar varias veces, pero nunca tuve el valor.

Ya rendida, decidí alejarme, pero escuché la manija girando, salí corriendo tratando de entrar en el closet donde estaban los juguetes de los niños, lo cual fue imposible porque es pequeñísimo, en vez de ocultarme hice un desastre, algunos juguetes cayeron al suelo y otros en mi cabeza dejándome tonta por un buen rato.

¿Solo es actuación, no? IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora