Extra #2

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Enid iba platicando felizmente con su amiga Yoko, estaban en Jericho paseando por sus calles. Querían aire fresco, la escuela era agobiante.

—¿Y todo bien con tu novia?

La rubia detuvo su paso, sonriendo con timidez. Su amiga también se detuvo, quedando frente a ella.

—Sí. Ella es genial, Yoko, de verdad.

—Wow, me sorprende que Wednesday sea así solo contigo —cruzó sus brazos.

—Ya ves como son las cosas —encogió sus hombros y siguieron caminando.

Todo estaba tan tranquilo, hasta que llegaron a el Weathervane.

No entraron. Fue Enid quien quiso detenerse ahí, observando a través del enorme cristal lo que pasaba.

—¿Ocurre algo? ¿Quieres entrar? —su amiga sonaba preocupada.

—Necesito un momento —murmuró viendo la escena frente a ella.

Ahí estaba Tyler Galpin, queriéndose pasar de listo con su novia.

Él recargaba su cuerpo en la barra de la recepción, inclinándose frente a Wednesday. Se le hacía raro que él actuara así, ¿y qué hacía Addams ahí?

A decir verdad, la pelinegra no parecía interesada en lo que sea que Tyler le estuviera diciendo. No, para nada. En cambio, él sí.

—Yoko, creo que entraré a la cafetería, pero no es necesario que tú entres.

Su amiga captó a la primera lo que la rubia quería decir.

—Claro, Enid. Diviértete pateando el trasero de ese chico —sonrió con burla mientras sacaba su celular y llamaba a alguien.

Enid frunció su ceño, avergonzada.

—Nos vemos al rato, entonces.

Caminó hacia el establecimiento, abriendo la puerta y después cerrándola, todo con mucha cautela. Tyler no se dio cuenta de su llegada, en cambio, su novia sí.

El pobre chico ni siquiera sabía de la situación, no sabía que Wednesday estaba de novia, ni sabía que la chica de la que le había hablado meses atrás era Enid. No conocía bien a la rubia, pero la había atendido una vez.

—¿Estás segura de que no quieres un café? Incluso te lo regalo —dijo él.

—Ya te dije tres veces que no.

—Bueno, pero si cambias de opinión puedes decirme —seguía insistiendo.

Wednesday no se veía tan cómoda como el chico al hablar.

Tyler fijó su mirada en el reloj de la pared.

—Parece que ya han pasado los cinco minutos —volteó hacia ella—. ¿Ya sabes que decirme?

La chica se mostró a la defensiva, cruzando sus brazos y tomando distancia.

—No creas que aceptaré una cita contigo.

El castaño abrió su boca.

—¿Qué? ¿Por qué?

No sabía que tenía novia.

—Parece que también estás ciego.

—Wednesday, si no te gusta como soy, puedo cambiar, por ti. Estoy dispuesto a dejar todo, solo por ti.

El acercamiento tan repentino que dio, hizo que Enid sintiera algo de celos. Estaba celosa de él, ¿para qué? Ya sabía que Wednesday era su novia, ya la tenía a ella, no había por qué preocuparse.

Pequeñas Cartas de Amor | WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora