Honey | Yumihisu

Honey

Ella era dulce como la miel

Pero todo lo que puedo saborear ahora es la sangre en mi boca

y la amargura de un adiós.

Halsey, Honey

***

Ymir odiaba el verano.

Detestaba la forma en la que el calor la sofocaba cuando intentaba dormir durante las noches. Maldecía cada vez que sacrificaba sus prendas favoritas por culpa de las altas temperaturas. Aborrecía los rayos del sol que lastimaban su piel cuando salía a practicar con su patineta.

Pero entre todas las cosas que Ymir odiaba sobre el verano, sin duda lo peor eran las vacaciones.

Durante dos meses enteros tenía que quedarse en casa encerrada, cuidando del negocio familiar y su insoportable primo.

Y si aquello no fuera suficientemente molesto, las excusas para pasar tiempo con Historia también se veían reducidas.

Historia era una chica hermosa con cabellos dorados como la miel y ojos azules como el cielo. Siempre colocaba una capa de sombra dorada en sus párpados y un gloss rosado en los labios. Vestía a la moda y llevaba su cabello lacio perfectamente peinado, siempre adornado con alguna diadema que combinaba perfectamente con su atuendo. El aroma de su perfume inundaba de manera agradable cualquier lugar donde estuviera, generando a su alrededor un aura que a Ymir le parecía sobrenatural. Historia era muy amable. Escuchaba a todos con atención, manteniendo esos enormes ojos expectantes y una sonrisa que impregnaba confianza en cualquiera que se acercara a ella. Tenía las mejores notas de su clase, se involucraba en proyectos comunitarios organizados por la escuela y era animadora para el equipo de fútbol. Era la favorita para convertirse en reina de la graduación.

Historia Reiss era, en pocas palabras, una chica ejemplar. Perfecta. No existía alguien que no la conociera y no coincidiera con ello.

Sus compañeros de curso trataban de llamar su atención, acercarse a ella, agradarle y ser sus amigos. Sin embargo, a pesar de ser tan popular, el grupo de gente con quien se juntaba era bastante selecto y reducido.

Era curioso, pero entre todas las capas de gente que rodeaban a una chica como Historia, la persona más cercana a ella era nadie más que Ymir.

Muchos se preguntaban cómo una chica tan mal hablada y molesta pudo encajar con alguien como Historia. La chica tierna y amable no podría ser amiga de la chica a la que la escuela le temía y que de vez en cuando se metía en peleas y problemas escolares. Parecía que sus mundos giraban en órbitas distintas.

Ymir entendía bien cuál era la razón detrás de esa amistad. Y es que nadie más que ella podía ver a la verdadera Historia. Solo Ymir lograba pasar todo el día junto a ella, escuchándola hablar de cualquier cosa que pasara por su cabeza, desde los entrenamientos de las porristas, la ropa que había comprado, los chicos del instituto y la forma en la que todos eran imbéciles si les muestras suficiente amabilidad.

Escuchar hablar a Historia era algo que le fascinaba a Ymir. En solo un segundo podía transformarse de la joven más adorable y amable, a la mujer más egoísta y arrogante que conocía. Era como conocer dos versiones de la misma persona y una vez que sabías de la existencia de una, la otra se volvía algo bizarro.

Sabía que Historia pasaría ese verano en el campamento organizado por su escuela, donde se reunían los idiotas del instituto durante cuatro semanas completas, quedando bajo la supervisión de los pocos profesores que estaban dispuestos a arruinar sus vacaciones con un grupo de jóvenes engreídos.