Lo olvidaste

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Diez años antes...

Aunque las emergencias y los pacientes abundaban en el hospital, Moonbyul pudo hacerse un tiempo en su agenda para ir a casa y así pasar tiempo con su esposa y sus hijos de apenas cinco y siete años respectivamente, así que se retiró luego de una larga jornada mañanera y se fue directo a su hogar donde yacía su acompañante de vida, aquella que la hacía suspirar con sólo una sonrisa y hacía que su ritmo cardíaco aumentara con sólo su voz.

Su llegada no sería una sorpresa, ya que previamente le había avisado a su esposa que llegarían en menos de diez minutos. Desde ayer se había puesto insistente para que se hiciera un espacio en su agenda y fuera a casa de inmediato, pero ella no entendía la razón, sólo sabía que su esposa se veía algo inquieta cuando le pidió aquello, no le tomó mucha importancia pues creía que su motivo era el hecho de pasar tiempo de caridad con ella, así que al entrar por la puerta, lo primero que hizo fue abrazar y besar a su dulce y linda esposa con fervor para así comenzar una tarde relajante juntas.

Yongsun estaba demasiado feliz, algo que le extrañó un poco a su esposa, sin embargo, no le tomó mucha importancia, ni siquiera cuando en la mesa había una comida con velas y vino, algo bastante romántico para una tarde donde no tenían nada que hacer y tampoco nada especial.

-Cariño, tengo algo para ti.-Sonrió y de su bolsillo sacó una esclava de plata con su nombre inscrito en él.-Feliz aniversario.

Escuchar esas palabras hizo que todo el cuerpo de Byul se tensara y que su piel se volviera pálida, ahora entendía el por qué de su entusiasmo y comenzó a sentirse mal por haberlo olvidado, así que se paró y fue hacia ella para darle un abrazo para expresar sus más sinceras disculpas en silencio.

-Lo olvidaste.-Afirmó sin siquiera preguntar, borrando su sonrisa.

-Cariño, en serio lo lamento, no recordaba que hoy era nuestro aniversario.-Le dió un beso en la sien y se aferró más a ella.

-Byul, suéltame.-Pidió de manera neutral.

-Cariño...

Y antes de que Byul pudiera decir otra palabra, Yong la golpeó en el estómago lo suficientemente fuerte para que ella la soltara adolorida y se fue de ahí para luego encerrarse en su cuarto.

Byul lo admitía, lo había arruinado y su esposa tenía todo el derecho de enojarse, así que para compensarlo, tomó su teléfono y marcó a las personas indicadas para ayudarle a hacer una sorpresa para ella en tiempo récord.

...

Yongsun no podía creerlo, diez años y Byul había el olvidado el día en que ambas se unieron en matrimonio, realmente se sentía indignada pero más que nada herida, incluso le había pedido de favor a sus mejores amigas que cuidaran a sus hijos para poder estar a solas con su esposa y ahora se encontraba sola en su habitación sin intención de volver a salir por lo menos en tres días o hasta que sus ganas de matar a su esposa disminuyera.

Las horas pasaron y apenas comenzaba a darse cuenta que desde hacía rato que no escuchaba ruido en la casa, supuso que Byul había regresado al trabajo así que decidió salir de su escondite improvisado y al abrir la puerta y dirigirse a la sala, quedó en shock por lo que estaba viendo.

Pétalos de rosa yacían por todo el lugar, habían un par de velas encendidas alrededor y una botella de champagne en un cubo de hielo, se sentía como en una película, pero lo que más le sorprendió fue ver a su esposa un con traje rojo y una rosa en su mano. Aquello fue lo más tierno y sexy que vió en mucho tiempo, casi olvida el por qué de su enojo si no fuera porque lo recordó, así que disimuló su rostro impactado y se cruzó de brazos con la expresión más neutral posible.

-¿Qué crees que haces?-Preguntó con el ceño fruncido, fingiendo no estar impresionada.

-Algo lindo.-Sonrió con inocencia, derritiendo el corazón de Yong pero manteniéndose firme. -Para tí. -Le extendió la rosa y sólo por educación, ella lo aceptó.

-¿Piensas que con esto se me va a pasar el enojo?-Enarcó una ceja incrédula.

-No, pero quiero compensarte por tener una esposa tan tonta.-De su espalda sacó los chocolates favoritos de su esposa y se los dió. -Perdóname por haber olvidado nuestro aniversario, la verdad es que no tengo excusa, sin embargo, que lo haya olvidado no significa que haya dejado de amarte, porque yo te amo y te he amado desde el día en que te conocí. Todos los días de mi vida le agradezco al mundo por haberme permitido conocerte y concederme el honor de ser tu esposa, tenerte a mi lado es lo mejor que me ha pasado en la vida y quiero que sigas a mi lado muchos años más.

Yongsun se quedó muda ante las palabras que su esposa le dedicaba y no pudo sentirse más emocionada por ello, para ese entonces su enojo ya no existía, sólo existía el amor inmenso que le tenía, así que en cuestión de segundos, sus labios ya se hallaban sobre los de Byul, besándola casi con desespero pero con todo el amor en ellos y Byul no pudo sentirse más feliz por ello, la abrazó de la cintura y la alzó para que entrelazara sus piernas sobre su cintura para que así pudiera sostenerse.

No fue un secreto lo que hicieron esa tarde en su habitación, pero lo que sí lo fue, fue la promesa que llevaba consigo el anillo de oro que Byul le regaló a Yongsun a manera de disculpa, una promesa silenciosa que decía que jamás en su vida volvería a olvidar una fecha tan importante como esa, se aseguraría de que su linda esposa no volviera a sufrir por un descuido suyo.

Realmente se iba a asegurar de ello.

El Matrimonio (MoonSun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora