Capítulo 10

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Despertó sudando, miró a su alrededor y supo que estaba en su habitación. Había sido una pesadilla, una demasiado real para ser un simple sueño. Se quitó las sábanas de encima y se levantó de la cama, caminó rápidamente a las escaleras hasta detenerse en seco.

— ¡Hemos llegado! — Gritó Axl entrando a la casa junto con Erin y Amai. La rizada se les había unido cuando fue a comprar algo para el desayuno en la confitería donde Axl y Amai estaban.

— Cariño, yo creo que están durmiendo, no hagas tanto ruido — Dijo Erin.

— Nah, esos hijos de putas están más despiertos — Recorrió la habitación y localizó a Steven en el pie superior de la escalera, sonrió de lado. — Mira quién está ahí, Steven Ricitos de oro Adler.

— ¿Amai? — Miró a la japonesa y rápidamente bajó corriendo por las escaleras, la tomó entre sus brazos y se permitió sentir el aroma de la chica mientras la abrazaba de manera protectora.

— ¿Está todo bien? — Preguntó un poco sorprendida por aquel gesto tan repentino.

— Sí, todo está bien... — Dijo en un suspiro. — Solo me alegra saber que estás bien — La soltó, tomó su distancia y le dedicó una tierna sonrisa que provocó el sonrojo de la chica. Amai desvío la mirada nerviosa.

— Trajimos waffles — Interrumpió Axl enseñando la pequeña cajita donde estaban los waffles que habían sobrado. — No son muchos pero Amai Insistió y cito: “Llevemos un poco para Steven, seguro que también tiene hambre” e hizo un adorable puchero que ni Erin pudo resistirse — Miró con una sonrisa triunfante a Amai mientras ella se ponía cada vez más nerviosa.

— ¡Es una chica muy tierna! — Dijo Erin con una sonrisa en su rostro.

Steven sonrió nervioso también, miró a Amai por una enésima de segundos y luego la desvío sintiendo como sus mejillas empezaban a calentarse.

— N-no tenías que mencionar eso — Susurró Amai mientras le daba un suave golpe en el hombro.

— Pero es verdad, ¿o me lo vas a negar? — Alzó las cejas mientras una sonrisa pícara comenzaba a dibujarse en el rostro del pelirrojo. Este se giró sobre sus talones y caminó a la cocina para dejar los waffles en la nevera pero antes de hacerlo miró a Steven. — ¡Popcorn! ¿Vas a querer waffles? Rápido antes que los deje en la nevera.

— ¡S-sí voy a querer! — Fue rápidamente a la cocina, de la alacena sacó un plato. Axl dejó la caja en el mostrador de la cocina, abandonó la cocina y regresó de nuevo a la sala. Steven abrió la cajita y colocó un waffle que tenía crema chantillí, arándanos y frutillas con una hoja de menta. — Uhh, quién haya ordenado de esto si que tiene buen gusto — Cortó un poco con el tenedor, untó la crema chantillí en el pedazo de waffle y se lo llevó a la boca. — ¡Está delicioso!

— Mira, al pequeño Steven le gustan los waffles que dejaste — Dijo Axl con una sonrisa en su rostro, se inclinó cerca de su oído y susurró. — ¿Ya te lo vas a coger?

— ¡Axl! — Le dió un suave golpe en el pecho. — No digas barbaridades — Dijo mientras sus mejillas se ponían coloradas.

— ¿De qué hablan? — Preguntó Steven acercándose a ellos con su plato con el waffle a medio terminar.

— Popcorn, tengo que hablar contigo sobre algo — Dijo Axl a la vez que le guiñaba un ojo a Amai, está se puso aún más roja. — Ven, acompáñame — Llevó el pequeño rubio a las escaleras. 

Illusion «Steven Adler» [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora