capítulo 19

252 19 0
                                    



Habían pasado dos semanas desde la última vez que vi a Hendery en persona. Iba a buscarme todos los días pero no quería verlo.

Siempre me dejaba recados con mi madre, como que había vendido algunas de sus cosas para darme algo de dinero para Jiachen. También estaba buscando un trabajo donde la pagaran una cantidad decente para poder mantenernos.

Yo también estaba buscando un trabajo, aunque estando embarazada y con los estudios a medio terminar lo más probable era que no encontraría nada. Eso era algo que no había pensado antes, siempre dependí de mi padre o de Andrew, nunca tuve que trabajar para poder comprarme algo.

— Soy una inútil.—dije con impotencia y los ojos cristalizados, comenzaba a arrepentirme de abandonar a Andrew. Fui demasiado egoísta al pensar en mí solamente y olvidar a mi bebé. ¿Dónde viviríamos? ¿Qué le daría de comer? ¿Podría llevarlo al hospital si se enfermaba? No quería depender por siempre de mi madre y del señor Mingxuan.— Basta de llorar, Jiaxing, tienes que ser fuerte para Jiachen.

Eran las ocho de la mañana, no había nadie en la casa por lo que me puse a limpiar un poco, era lo menos que podía hacer. Estaba limpiando la cocina cuando se escucharon unos golpes en la puerta de la entrada, la primera persona que se me vino a la mente que podía ser era Hendery, por lo que decidí ignorarlo y seguir limpiando.

— ¡Jiaxing, sé que estás ahí!—esa voz no era la de Hendery, si no que era la de Huixing. Me congelé en mi lugar, no esperaba que me encontraran tan pronto.— ¡Ábreme o le diré a Andrew que estás aquí!

Lo pensé unos segundos antes de ir a abrirle la puerta, se veía algo pálida, como si estuviera asustada de algo. Entró rápidamente y me ordenó que cerrara la puerta, lo cual hice. Se sentó en el sillón sujetándose la cabeza mientras murmuraba cosas que no podía entender.

— ¿Qué pasó? ¿Por qué estás así?—pregunté preocupada sentándome a su lado.

— ¡Todo esto es tu culpa! Tenías que huir, ¿verdad? Importándote poco los demás.—me sobresalté por sus gritos y me alejé un poco de ella, se había puesto histérica.

— No entiendo en qué te afecta que haya huido...

— ¡Me afecta en todo! ¿Crees que conociste a Andrew por pura casualidad? ¡No! Yo lo planeé todo junto con Huasen, para que te casaras con el niño rico y nos dieras dinero.—la miré incrédula por lo que acababa de decir. No, estaba mintiendo, ¿verdad? Tenía que ser una mentira, no podía ser que mi hermana y mi padre fueran tan crueles.— Pero lo arruinaste todo, ¡Hendery y tú lo arruinaron!

— ¿Por qué harían algo así...? Soy su familia...

— Tenías que pagar por todas la veces que te cuidé, todas las veces que me sacrifiqué para que el asqueroso de Huasen no te tocara.—le di una mirada de horror cuando dijo eso y comencé a temblar sintiendo una sensación de asco en la boca del estómago. No pude resistirlo más y corrí al baño para vomitar todo.

Me quedé sentada en el piso, sollozando mientras recordaba las situaciones que vi cuando era más joven. Yo creía que era normal que mi hermana se sentara en el regazo de nuestro padre teniendo ya quince años, o que papá saliera de su habitación en medio de la noche acomodándose la ropa, nunca pensé que era algo malo. Al contrario, creía que no me quería porque conmigo no hacía esas cosas.

Ahora entendía porque la celaba tanto, porque no la dejaba tener amigos hombres, las miradas que le daba...

Volví a vomitar hasta que lo único que salía era la bilis, me limpié los labios escuchando que Huixing rompía algunas cosas afuera. Me levanté con cuidado y salí del baño, las fotos familiares de mamá, Yiyang y Mingxuan estaban hechas trizas en el piso.

— ¡La odio, la odio! Por su culpa tuve que vivir ese infierno. Deseo que esté muerta igual que Huasen...—murmuraba tomando unos vidrios rotos con sus manos y apretándolos hasta que la sangre comenzó a manchar la alfombra.

— No hagas eso, suéltalo...—me acerqué a ella quitándole los vidrios y la abracé.— Perdóname, nunca me di cuenta de lo que estabas pasando...

— ¡Suéltame!—me empujó haciéndome caer al piso.— Claro que no sabías por lo que estaba pasando, nunca tuviste que sufrir como yo lo hice, vivías en un mundo de color rosa hasta que conociste a Andrew, me alegró tanto saber que eras infeliz a su lado, por eso lo escogí, sabía que te trataría como te lo mereces... Pero tuviste que salir igual que tu madre, ¿no? ¡Eres una zorra!

Gritó mientras me daba una gran bofetada que me hizo girar la cabeza con fuerza que hasta me dolió el cuello. Era la primera vez que me ponía una mano encima y algo en mi interior me decía que si no huía sería la última también. Como pude me puse de pie tratando de correr a la habitación pero antes de que pudiera hacerlo jaló mi cabello, evitando que huyera.

Sin embargo, mi instinto de supervivencia fue más fuerte, saqué toda mi fuerza y le di un codazo en la cara, haciendo que se cayera para atrás. Corrí a la primera habitación que vi y me encerré ahí. Golpeó la puerta y gritó maldiciéndome, nunca la había visto así, estaba como loca.

Me senté en la cama a esperar a que se cansara y que se fuera o que alguien llegara a ayudarme. Respiré profundamente tratando de tranquilizarme y me pasé las manos por el rostro. Sólo unos segundos comencé a sentir un dolor muy intenso en el vientre.

— No, no, ahora no...—sujeté mi vientre retorciéndome del dolor. Era un dolor mucho más insoportable que cuando tenía los abortos. Traté de levantarme pero sentí un líquido espeso salir de mi entrepierna, revisé lo que era y en la cama había una pequeña mancha de sangre. La desesperación comenzó a apoderarse de mí, Huixing seguía afuera destruyendo la casa. Con todas mis fuerzas me levanté acercándome a la puerta.— Huixing, hermana... Ayúdame, estoy sangrando, no quiero perder a mi bebé...—dije con la voz entrecortada.

El alboroto dejó de escucharse y sentí que se acercaba a la habitación. Se quedó parada afuera, como si estuviera decidiendo que hacer.

— Abre la puerta.—iba a tomar la perilla pero lo dudé, ¿qué tal si era un engaño?— No te haré nada, lo prometo por Mr. Grinch.—quise sonreír cuando mencionó la promesa que hacíamos de niñas. Abrí la puerta lentamente, parecía haber vuelto a sus sentidos. Me sujetó ayudandome a caminar a la salida de la casa.— No puedo llevarte a un hospital... Hendery vive cerca, te dejaré ahí.

Salimos de la casa y caminamos el par de calles hasta la casa de Hendery, me ayudó a sentarme en la acera y tocó la puerta, me dió una mirada y suspiró dándome la espalda.

— No le digas a nadie que me viste... Y lo siento, tú no tienes la culpa de lo que me sucedió, sólo Huasen, y ya pagó por ello.—dijo antes de salir corriendo por la calle. La miré irse sintiendo que sería la última vez que la vería.

— ¿Jiaxing? ¿Estás bien?—escuché la voz de Catherine y volteé a verla negando, el dolor había disminuido pero seguía sangrando.

— Necesito ir al hospital.

Forget Your Boyfriend | henderyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora