Haechan es una fuerza caótica, destructiva, ardiente. Cuando Jeno estaba con él sentía que todo el cuerpo le quemaba y lo sentía tan bien, hasta que las quemaduras empezaron a doler, a molestar, a escocer y Haechan seguía siendo esa llama que Jeno no podía apaciguar.
Ambos están algo pasado de copas, más Jeno que Haechan. El más alto tiene el mal hábito de tomar de más cuando está nervioso y una solo salida con Haechan lo había dejado temblando de las ansias de más. Le gusta fingir que sabe mantener la compostura pero por cosas así es que, en ocasiones anteriores, personas que le atraían creían que no era mutuo y terminaban aburriéndose.
Es que tienes que encarar más, muestra tus intenciones claras, sé hombre, le dijo Jaemin en algún momento golpeando sus brazos con fuerza. De ahí el hábito. El alcohol te afloja, te brinda seguridad y algo de calentura también.
Jeno hace pasar a su pequeño cuarto alquilado al otro chico, lo ve desde atrás de abajo hacia arriba, cierra la puerta tambaleándose mientras ve como Haechan se quita sus zapatos mientras habla de algún bar al que fue hace tiempo, menciona que a la siguiente tienen que ir allí, que es un lugar muy bueno. Jeno entre tambaleos reposa su cabeza en el hombro del más bajo.
—Me parece que alguien tomó mucho —dice Haechan entre risitas, burlándose. Como le encanta a Jeno eso.
El más bajo se da la vuelta hasta quedar frente a él y baja la cabeza para mirar su rostro.
—Ey ¿Todo bien ahí? —pregunta mientras observa el rostro de Jeno, sus ojos cerrados y esas pestañas largas y dobladas, las mejillas rosadas y los labios en un puchero.
—Hm —asiente con la cabeza y abraza los ojos.
Jeno atrapa sus labios. Es un beso suave y corto, tan breve que Haechan no lo siente del todo, se queda con los ojos abiertos y sonríe por debajo, agarra el rostro del más alto y le devuelve el pico. Jeno se ríe aún con los ojos medio cerrados, parece un adolescente enamorado, se siente como un adolescente enamorado.
No pasa mucho hasta que vuelven a enfrascarse en la boca del otro, ahora más apasionadamente, sus lenguas son un lío, hace falta más, más contacto, más cercanía. Jeno quiere besar más, quiere ser besado más, hace falta el tocar cada parte del cuerpo del otro, probar cada esquina y rincón. Lo tiene de la cintura y junta sus cuerpos tanto como puede, casi fundiéndolos, no es posible, son carne y hueso, no pueden traspasar ese ámbito físico. Jeno desea más.
Besa su cuello, su mandíbula, cada uno de sus lunares, es una canción para sus oídos escuchar su respiración entrecortada, las risitas cuando cosquillea su cuello y su cintura.
Aún siguen en la entrada, no han pasado de allí. Haechan lo está impidiendo. Agarra su cabello y lo tira hacia atrás, Jeno deja escapar un quejido y vuelve a besarlo en los labios. Haechan le muerde y el más alto empieza a quitarle la casaca de cuero que lleva encima, con delicadeza, lento y suave, Haechan se ve inmerso; le gustan las caricias, la suavidad con la que Jeno lo toca, pero su cuerpo empieza a gritar de algo. Algo hay allí, un muro, una pared intraspasable. Es una alerta.
Haechan agacha la cabeza y empuja a Jeno del pecho.
—Paremos aquí ¿sí?
Ambos tienen los labios rojos y vibrantes, sus cuerpos se sienten calientes, no, solo es el cuerpo de Jeno. Haechan es frío, está helado pero por alguna razón sus manos sudan. El chico las limpia en su pantalón y mira a Jeno con algo en los ojos que es complicado de descifrar. ¿Tristeza? ¿Arrepentimiento?
Verguenza.
Jeno se queda quieto, no protesta ni insiste, vamos es un hombre decente y respetuoso, estará ebrio pero no es razón para sobrepasar límites y comportarse como un idiota. Sin embargo, le pesa el cuerpo al ver la expresión que hace el más bajo.
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la fuente de la destrucción [b] [nohyuck]
FanfictionHaechan es un incendio y a todos nos da miedo un poco de fuego. serie: "las flores del mal de baudelaire" capítulos: 3/3 estado: completo @mementmorii