Querido James

Capitulo Unico

La fría tarde de enero hizo que un tal James Sirius Potter se quedara en su habitación. Aparte del clima, había otra razón por la que estaba adentro. Con él había una caja que acababa de recibir antes y tenía curiosidad por saber qué había dentro. No sabía qué había dentro y quería asegurarse de abrirlo en un lugar seguro.

James agarró la pequeña caja de su mesa y se fue a su cama. Se puso cómodo y agarró la caja para mirar alrededor. Era pequeño, pero bastante pesado, y tenía un patrón pequeño e intrincado que le resultaba familiar. Era el mismo patrón que su familia usaba en las paredes de los cafés que poseían. James dejó la caja con cuidado e hizo lo que se le indicó cuando recibió la caja antes.

Empujó su magia a sus dedos mientras tocaba la pequeña cerradura de metal en el frente. Hubo un sonido de clic y James abrió la caja. Sus cejas se fruncieron cuando solo vio papeles adentro, papeles doblados que estaban apilados de lado. Su curiosidad se despertó y James agarró el papel del lado izquierdo de la caja.

Era una carta de su padre. Reconocería la caligrafía en cualquier parte. En el anverso del papel estaba su nombre, escrito con tinta negra.

Jaime.

Puso la carta que sostenía en su cama y hojeó los papeles en la caja y vio que eran todas cartas. Cartas dirigidas a él, todas en la forma familiar en que su padre escribía su nombre.

"Está bien", se dijo a sí mismo. Todavía estaba confundido por las muchas letras en la caja.

James agarró la carta de la cama y la abrió. Si no fuera por los hechizos de conservación en ellos, estaba seguro de que el papel habría parecido viejo teniendo en cuenta que fue escrito hace 15 años, como indicaba la fecha en la parte superior. Esto fue escrito cuando aún tenía 2 años.

Los pensamientos pasaron por su cabeza, preguntándose qué estaba tratando de lograr su padre con tantas cartas dirigidas a él. Apartó esos pensamientos y se concentró en la carta que tenía en la mano. La primera parte ya estaba llamando su atención.

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Querido Jaime,

Espero que abras esta carta después de mucho tiempo y no porque me haya pasado algo. Si estás leyendo esto, probablemente esté muerto o haya decidido dártelos, ahora que eres mayor.

Si es lo anterior, entonces me disculpo por dejar que mi destino te sucediera a ti.

Estoy escribiendo estas cartas para que tengas una parte de mí, incluso cuando me haya ido. Algo a lo que puedas acudir en busca de orientación o sabiduría si no estoy cerca para dártela yo mismo. Quiero que tengas la oportunidad de conocerme tú mismo y no solo por lo que los demás saben de mí.

Tenía alrededor de 24 años cuando mamá y yo comenzamos a conocernos mejor. Lo sé, mamá y yo ya te hemos contado cómo nos conocimos y terminamos juntos, pero no te he dicho cómo supe que mamá era la indicada para mí.

Tu madre es una de las brujas más bonitas que he visto. Su belleza se sentía incomparable y sé que no fui el único que pensó eso. Ella era una Innombrable del Departamento de Misterios, y yo era un Auror recién jubilado que estaba comenzando un pequeño café.

La recogería de su trabajo. Montábamos en mi motocicleta a través de las frecuentes lluvias y la niebla para pasar tiempo juntos.

Mamá disfrutó la experiencia; ella solo se reía cuando nos mojábamos por la lluvia. ¿Teníamos calcetines mojados? Ella simplemente usaba un hechizo de secado cuando nos deteníamos en una estación para tomar café. Lo haría sin preámbulos. Intenté hacerlo primero, pero ella se me adelantó. Era como un juego que jugamos. Fue incluso más divertido en las estaciones muggles porque teníamos que ser discretos al respecto.