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Capitulo 17

Robert

Este pudo haberse convertido fácilmente en el peor día de mi vida. Pablo pudo haber decidido que el padre de Pedrí tuviera la oportunidad de completar su familia, y eso me asustaba terriblemente. Había tomado por garantizado que él siempre iba a esta ahí. Había asumido que él me quería tanto como yo lo quería a él. No pensé que necesitara decirlo hasta el momento en que me di cuenta de que podría ser muy tarde para hacerlo.

Pero ahora él estaba sentado junto a mí usando mi playera y luciendo completamente encantador. Yo le hice eso. Él me dejó hacerle eso. No iba a perder mi oportunidad. Iba a decirle que lo amaba ahora y entonces. De cualquier forma, tan pronto como abrí la boca para hablar, él se puso de pie y se fue. De ninguna manera. "Pablo Gavira Otamendi, trae tu trasero para acá." Ordene.

"Aw, que tierno." Contestó en un tono protector. "Crees que puedes decirme qué hacer. Bésame el trasero, Roberto."

Eso haría. "Si tú lo dices." Me lancé por él.

"¡Era solo una expresión!" gritó sobre su hombro mientras corría fuera del cuarto.

La combinación de que yo conociera mi casa mejor que él y que estuviera un poquito adolorido, me dejó atraparlo rápidamente. "Una que tomaré muy seriamente." Lo empujé sobre el mostrador de mi cocina y jalé su camisa.

Jadeó un poco sobre dramáticamente. "No. Te. Atrevas."

"Tienes un muy lindo trasero, Pablo." Lo molesté, pasando mi mano sobre su nalga derecha.

"Mi trasero no es lindo." Se quejó.

Le di un pequeño golpe y sonreí cuando él chillo. "De ahora en adelante, creo que te llamaré trasero lindo. Tú me dices asno, así que es lo justo." Mientras me miraba con el ceño fruncido, fui hacia abajo y le di un pequeño mordisco.

Pablo brincó. "¡Hey! Dije bésame el trasero, no muérdelo."

"Lo siento." Me reí, dándole la vuelta y enrollando mis brazos en él. "No puedo evitarlo." Besé el puchero que hizo. "Si no estuvieras tan adolorido, te tomaría justo aquí en este mostrador."

"Bueno, estaba en camino a tomar un cálido baño, pero entonces tuviste la repentina necesidad de maltratarme." Contestó.

"Permíteme." Lo alcé por los pies y lo cargué hasta mi cuarto de baño. Mi bañera es más grande que el promedio, así que tomó un poco más de tiempo llenar gran parte de ella.

Pablo extendió la mano y alzó uno de los muchos juguetes de la bañera. A veces, dejaba que Laura y Klara tomaran un baño en mi tina porque era muy grande. A ellas no les importaba tanto a la hora del baño cuando les recordaba nadar. "¿Eres un poco vejo para estar jugando en la bañera, no crees?" preguntó con una sonrisa.

Tomé el barquito de plástico de su mano y saqué su camisa sobre su cabeza. "Metete en la tina, trasero lindo." Él resopló mientras lo hacía.

Mientras él se ponía cómodo, encontré una canasta y puse todos lo juguetes fuera del camino. No podía verme a mí mismo pasando mis manos sobre mi hermoso Pablo solo que un patito de hule  chillara y arruinara el momento. Cuando tuve todos fuera del camino, me quité mi bóxer, solo para escuchar a Pablo reír quedito detrás de mí. Me giré. Alzando una ceja.

"Solo recordaba esa historia que Julián me contó acerca de ti quitándote un clavo del trasero." Sonrió.

"¿Estabas revisándome el trasero?" le sonreí de vuelta.

Sus ojos dejaron los míos y los pasó abajo. "Además de otras cosas."

Gemí. "Pablo, vamos a hacerlo en esta bañera si sigues diciendo cosas como esa." No se veía muy arrepentido. Me senté, con mi espalda del otro lado, para que así pudiera darle la cara. Entonces tomé uno de sus delicados y pequeños pies en mis manos.

Secuestrador     Lewan X GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora