Sweet cholates, samples of our love

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"Regálame tu risa, enséñame a soñar.
Con solo una caricia me pierdo en este mar."
-Pablo Alborán.

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Las risas y las suaves melodías del viento junto a la vibras románticas que decoraban el pequeño parque. Una joven se encontraba tranquilamente esperando mientras en su mente resonaban las suaves letras de las canciones de amor que sonaron el la radio mientras desayunaba.

Podía ver a las despreocupadas parejas caminando de la mano o abrazados por los caminos rodados de flores cubiertas de una simple capa de nieve. El día era frío lo cual contrastaba con la amorosa festividad. Unos suaves pasos sonaron cerca de ella, junto a la bella sonrisa de su querida amiga a quien estaba esperando.

La saludo sonriendo, las dos se miraron y la joven se levantó de la fría banca y abrazo con cariño a su amiga, las dos llevaban más de una capa de abrigos y pantis para el frio.

- Emma, lamento haberte echo esperar - se disculpo algo apenada la chica del suave cabello naranja melocotón, la rubia solo rio mirando a su amiga.

- No te preocupes, no llevo mucho tiempo esperando - respondió sonriendo. Las chicas se quedaron unos segundos mirándose a los ojos mientras sonrían y reían suavemente. - Oh - la rubio recordó algo, se alejo un poco de su amiga y busco entre su abrigo, después de un raro saco un linda caja con forma de corazón decorada con flores y un lazo blanco que jugaba con el rojo intenso de la caja - Te traje un regalo, por que bueno... Ya sabes es San Valentín y quería darte chocolates como una forma de darte las gracias por ser mi amiga - la rubia explicó algo avergonzada al final.

Hinata miró con sorpresa la caja, aún que no esperaba algún regalo. Aceptó felizmente el regalo de su amiga. La miró y le sonrió con un pequeño rubor en sus mejillas que acompañaban el de su amiga. Emma sonrió

- Emma, no tienes que agradecerme por ser tu amiga - Hinata le hablo suavemente a su amiga - Eres alguien verdaderamente genial y cualquiera desearía ser amigo de algún tan genial como tu, algún tan linda... - la chica tomó las manos de su amiga, las abrazo con sus manos y las acaricio.

- Hina... - Emma llamó algo avergonzada. - Deberíamos sentarnos - Comentó. La chica rio y se sentó junto a su amiga.

- Yo... También te traje chocolates, Emma - la chica sacó un pequeña caja cuadrada rosa con dibujitos de ositos con corazón y palabras lindas. - Ten, yo misma las hice junto a mi madre - explicó pasándole la caja a la joven.

La rubia miró la pequeña caja que tenía su nombre dentro de uno de los corazones, escrito con un lindo color dorado y la bella letra de su amiga. Solo miró avergonzada la caja, ella se había tomado la molestia de hacer todo eso por ella. Suavemente murmuro un dulce - gracias -.

Pequeñas lágrimas acariciaron su ojos, Hinata miró algo asustada a su amiga y intentó consolarla con un tierno abrazo. Al ver a su amiga llorar ella sintió que sus ojos se llenaban de suaves lágrimas. Una dulce canción empezó a sonar, parecía que alguna pareja estaba escuchando música por alguna radio.

Las suaves letras de la bella canción acompañaron y abrazaron el momento. La melodiosa voz de aquella cantante bailaba en sus oídos mientras se abrazaban.

- Hina... Gracias, gracias por no irte - la rubia miró a su amiga que también lloraba, su voz sonaba algo rota y suave, tanto que casi no sonaba.

- Nunca me iría, sin importar que - Hinata le sonrió a su amiga y Emma le devolvió la sonrisa.

- Eres la mejor amiga que he tenido - Emma volvió a abrazar a su amiga. - Yo lo siento por llorar - Hinata solo murmuró un dulce y pequeño "esta bien ".

Emma se alejo del abrazo y miró al frente. Hinata mientras aún la miraba puso su cabeza sobre el hombro de la otra, es tuvieron unos cuantos minutos en un lindo silencio mientras las canciones sonaban- Tu eres muy importante para mí, Emma - habló Hinata - por favor no te vallas de mi lado - pidió la pelinaranja melocotón.

- Tu tampoco - respondió mientras apocaba la cabeza en la cabeza de Hinata.

Hinata sonrió mirando a la gente pasar, se sentía muy feliz al escuchar lo importante que era para Emma, se sentían como si todo estuviera bien, que era lo correcto.

La tarde pasó tranquila, las dos sentadas juntas, y abrazándose cada vez que alguna de las dos tenía frío, en algún momento comieron los chocolates que se habían dado. Al terminar la segunda hora caminaron así algún lugar sin saber muy bien en donde pero lo hicieron juntas.

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𝑨𝒇𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐𝒐𝒏 𝑪𝒉𝒐𝒄𝒐𝒍𝒂𝒕𝒆𝒔. 𝑨𝒏𝒅 𝑨 𝑪𝒐𝒍𝒅 𝑽𝒂𝒍𝒆𝒏𝒕𝒊𝒏𝒆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora