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Había pasado ya un tiempo desde la última vez que la vi. Desde la última vez que la pensé.
Para mi disgusto, o gusto, todo pasó tan lento que aún puedo recordar los dulces y ácidos toques que tenía su perfume. Mientras el dulce aroma hacía sentir cálida mi nariz, lo ácido piqueteaba en mi garganta y parte de mi lengua. Justo como su presencia.

Su cabello desprendía un aroma a menta, se le veía sedoso y cepillado, como siempre. Sus cejas bien peinadas y fijas en su lugar. Las pestañas largas y caídas. Ojos cafés, con motas color miel, pupilas dilatadas y un lunar en la córnea derecha.
Su nariz se notaba diferente, quizá por el arete dorado que ahora le adornaba, no lo tenía cuando seguía con ella. Pero, además de eso, seguía exactamente igual. Una nariz larga y con personalidad, con un pequeño lunar en la parte derecha del tabique, lugar donde tantos besos algún día le dejé.
Debajo de su nariz, una boca con labios rosados, cubiertos de labial color rosa, de un rosa que, si no te fijas, no lograrías distinguir del color de sus labios. Su labio superior delgado, el inferior apenas más grueso que el superior y un arco de cupido no muy pronunciado.

Se veía preciosa, tanto como la última vez. Parecía que nuestra distancia le había hecho bien y eso me molestaba.
Me molestaba que, mientras yo seguía recordandola con canciones que algún día le dediqué, canciones que nunca le dediqué, y con canciones que simplemente me traían su imagen a mi mente. Mientras yo seguía dibujando sus ojos en todas mis putas libretas, seguía dibujando sus frutas favoritas donde sea que pudiera. Mientras seguía soñando con ella y soñando su regreso.
Mientras yo seguía recordando lo bien que me hacía sentir escucharla y tenerla. Mientras yo seguía molesta por todo lo que pasó.
Ella me abrazó como si nada hubiera pasado, como si no hubiera llorado en su abrazo por todo lo que me hizo, como si no me hubiera lastimado.
Me abrazó y me hizo saber lo mucho que le gustaba encontrarse conmigo.
Me abrazó sin saber que tiraba los cimientos que construí especialmente para olvidarla.
Me abrazó y junto con esos cimientos también caí yo.

Mi corazón se sentía cálido sabiendo de su presencia ahí, al final de cuentas, siempre la extrañé con él.
Pues en el fondo de mi mente, sabía que el volver a verla sólo haría que todo mi proceso de duelo se fuera a la mierda

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⏰ Última actualización: Aug 02, 2023 ⏰

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