Mi Sanadora // William Vangeance

CAP 14 🥀

- Oye William .

- Dime Astrid.

- ¿Esa relación que tienes con esa tal Runa va en serio?

- Claro que va en serio, la amo y quiero pasar el resto de mis vidas con ella.

- Ya veo... Pero bueno supongo que no durara.

- ¿A que te refieres? - dijo parándose y mirando a la de ojos castaños.

- No nada, son cosas mías.

- Eso espero... sabes muy bien que Julius y yo te dimos una oportunidad para poder unirte a los caballeros mágicos, a pesar de tus crímenes de secuestro y de vender herramientas mágicas ilegalmente, no defraudes nuestra confianza después de que hemos ocultado tu registro de crímenes.

- Lo sé capitán Vangeance.

- Bien... Haz una nueva vida ahora que tienes la oportunidad, Runa también es bruja, sino me equivoco tenéis la misma edad y los mismos gustos, hazte amiga de ella os llevareis bien.

- Lo intentaré.

- Está bien...Nos vemos mañana descansa.

El peli blanco se alejo de la rubia dejándola en sus pensamientos, era verdad aquello de sus secuestros y de sus ventas ilegales en el reino de la Pica, la oportunidad que le dio Julius era una oportunidad única que pocas veces iba a poder conseguir, pero, había algo más, no podía simplemente dejar a sus amigos tirados, el gran poder que poseía y que no debía dejar ver, ese poder demoniaco que se le fue dado, es gracias a ellos, no podía simplemente dejarlo tras darle ese valioso maná. Pero no era tan solo ese poder, tenía más que claro que haría todo por el reino de la Pica y por ayudar a sus amigos con ese maná demoniaco, pero ese hombre que daría su vida por el reino del Trébol se había vuelto su debilidad, habían surgido ese sentimiento llamado amor que no le iba a permitir matarlo aunque, de cualquier modo,  los demonios necesitaban al capitán Yami y a William...Tal vez podría hacer un acuerdo con la Pica para poder tener un rato a William sin que esa tal Runa interviniera, podía ganarse su confianza y daré la puñalada por la espalda, a fin de cuentas quien le interesaba era ese hombre llamado William, nadie mas.

- Pronto serás mío - dijo viendo como el oji púrpura cruzaba la esquina hacía su dormitorio - muy pronto.