Vida de Oso

Redención

A la mañana siguiente despierto y no veo a nadie en la habitación... no debí ser tan grosero que honestamente me siento mal al respecto, siento que debo disculparme con Marcos y Tobi, veo por la ventana que ni siquiera ha salido el sol por lo que debía ser muy temprano por lo tanto no debí dormir la gran cosa, de repente veo a Chuck que entra a la habitación con esa misma mirada fría que tenía aquel día pero tenía unos pequeños vendajes que se le veían en la cara, seguramente son de la golpiza que le dio Tobi... ¿no me has atormentado lo suficiente?

Trato de decirle que se vaya antes de que llame a las enfermeras pero mi voz no se escucha para nada cuando trato de hablar, entonces presiono el botón de emergencia para llamar a las enfermeras pero este no emite sonido alguno por más que lo presiono, empezaba a tener mucho miedo por mi seguridad... tengo una muy mala sensación al respecto.

Chuck: ¿Con que aquí estabas? Sabes... no me gusto para nada la golpiza que me dio el perro ese, supongo que para quedar iguales tendré que darle donde más le duele. –Voltea a verme con una cara de pocos amigos.-

Josh: ¿Te estas escuchando? Estas sonando justo como el idiota de Cesar. (Puedo hablar, puedo gritar por ayuda.) –Trato de gritar por ayuda pero no sale ningún sonido de mi hocico.-

Chuck: No trates de meter a nadie más en esto... solo estamos tú y yo. –Esboza una sonrisa muy escalofriante que me llega hasta la médula.-

Al ver sonreír a Chuck de esa manera en verdad sentí miedo que todo mi cuerpo se llenó de escalofríos e incluso me salieron algunas lágrimas, no podía creer que debajo de esa máscara de tan buena persona que tenía se ocultara esa personalidad tan... negra y tan oscura.

Josh: No sé qué quieres lograr al venir aquí... está claro que no me puedo mover y no soy hijo de Tobi como para importarle, si piensas hacerme algo solo perderías tu tiempo en mí. –Trato de negociar con Chuck temerosamente.-

Chuck: En eso te equivocas. –Empieza a sacar un bisturí de uno de sus bolsillos.- Si le importas a ese perro, fue a defender tu "honor"... honestamente tú ya no tienes nada de eso, no después de revolcarte con quien se te diera la gana mientras tú y yo estábamos saliendo juntos. –Me insiste con cierta molestia en su rostro pero aún se veía que sonreía de forma escalofriante.-

Josh: Yo ya no pienso gastar mis energías tratando de explicarte eso, si quieres creerle al pendejo de tu amigo por mi está bien, porque el hablar contigo es como hablar con la pared. –Digo esto fastidiado pero tratando de ocultar mi miedo para que este no lo notara.-

Chuck: Al fin... algo en lo que estamos de acuerdo, claramente no necesito tus explicaciones... sabes, hasta deberías ver esto como un favor, lo que estoy a punto de hacer... tenías tantas ganas de matarte que te concederé el deseo, ve esto como mi último acto de humildad hacia ti. –Ve un poco hacia el bisturí de forma siniestra y luego se dirige hacia mí lentamente de forma amenazadora.-

Josh: ¡Chuck reacciona! ¡Este no eres tú! ¡Podemos llegar a un acuerdo! ¡No necesitas hacer esto! –Digo esto un tanto desesperado moviéndome de la cama pero caigo al piso tratando de moverme, al caer al piso suelto un gemido de dolor.-

Chuck: -Se acerca a mí con el bisturí y con una almohada que debió tomar de mi cama.- Diría que fue un gusto conocerte pero ambos sabemos que no es así. –Poco a poco pone la almohada sobre mi cabeza para ahogar mis gritos de dolor mientras me clavaba varias veces el bisturí en mi cuerpo.-

De repente despierto sudando frio en la cama del hospital y veo a Marcos que se sobresalta al ver como despierto que derrama su café en el piso que rápidamente sale por un trapeador para empezar a limpiarlo, no veía al profesor Tobi por ningún lado, seguramente estaba en la escuela... pero eso me hace pensar según mi lógica, si el profesor Tobi fue a la escuela entonces, ¿qué hacía Marcos aquí? Lo veo que llega y comienza a trapear la mancha de café que dejo en el piso.