ɪɪɪ: "ᴄᴏɴᴏᴄɪᴇɴᴅᴏ ᴀ ɢᴇɴᴛᴇ ɴᴜᴇᴠᴀ"

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Minho tocaba el piano cuando escuchó que llamaron a la puerta, el mayordomo procedió a abrir y condujo a las visitas al recibidor. Esta escena no era para nada extraña, los socios de su padre se deleitaban escuchándolo tocar el piano desde la sala mientras ellos esperaban a su padre en el recibidor, después los caballeros se dirigían a la oficina y se olvidaban de él, pero en esta ocasión, Minho sintió la presencia de alguien mirándolo y se detuvo y volteo hacia donde sentía la penetrante mirada.

Un joven un poco menor que él, lo miraba con ojos curiosos, era un joven bien parecido con el cabello rojizo como ala de cuervo, las finas líneas de su rostro eran enmarcadas por unos ojos rasgados negros, unos ojos cuya mirada lo desconcertaron y dejó de tocar el piano.

— Discúlpeme —dijo presuroso el joven—. No quise molestarlo.

Minho se quedó callado y sus mejillas se llenaron de carmín, en esos momentos su padre entro en escena, saludando afectuosamente al joven.

— Joven Yang, bienvenido sea —le dijo estrechando su mano efusivamente—. Minho, déjame presentarte, por favor acércate

Minho se acercó tímidamente, no sabiendo cómo comportarse. Pocas veces su padre le presentaba a sus socios y si ocurría esto, siempre solían ser señores de la misma edad que su papá, nunca jóvenes.

— Minho, te presento a Yang Jeongin, el hijo de Yang Daeseong, mi contador de años y recién graduado de contador en la universidad, en un año más obtendrá una licenciatura.

— El placer es mío, joven —le dijo con una sonrisa cautivadora, tomando su mano para estrecharla.

— El honor es mío, señor Yang.

— Por favor —intervino el Señor Lee—. Los dos son muy jóvenes, no se traten con tanto formulismo, además, es posible que Jeongin nos visite muy a menudo, ya que se irá haciendo cargo de los asuntos de su padre.

— En tal caso, Minho, con tu permiso —le dijo con una gran sonrisa y se retiró con el Señor Yang a su oficina, dejando a Minho casi con la boca abierta.

— En tal caso, Minho, con tu permiso —le dijo con una gran sonrisa y se retiró con el Señor Yang a su oficina, dejando a Minho  casi con la boca abierta

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Jisung ingresaba a las instalaciones de la Universidad cuando se topó con una no muy grata presencia.

— ¡Han Jisung! Tiempo de no verte, ¿No me extrañaste?

— Para nada, mi adorado primo Seojun ¿Acabaron tus problemas existenciales y regresas a estudiar?

— Pues si —dijo con un puchero de molestia—. Mi padre está sobre mí y si no termino con la carrera me va a desheredar.

The elegance of love.《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora