Cuchicheos y Autos Robados

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Marco

Ya sé, ya sé, comenzar el bullicio para molestar a Goncourt tal vez fue un poco cruel; pero es que es demasiado divertido ver su cara, aunque a veces siento pena por ellos, ambos están unidos en algo donde evidentemente no están satisfechos... pero ése no es mi problema.

Iba camino a mi auto, cuando percibí algunos cuchicheos de un grupo de tres amigas.

—Escuché que se lo robó a un empresario.

Estaba harto de eso, ¿querían algo de qué hablar? Bien, eso les voy a dar

—De hecho, se amenacé al del concesionario y hui— ésa afirmación estaría en boca de todos para mañana en la mañana—, pero puedo darles un paseo cuando quieran— guiñé el ojo y me subí a mi vehículo.

Las dejé atrás mientras ellas cambiaban la conversación a lo sexy que les parecía y lo emocionante que sería salir con un chico malo, sigan soñando. Iba saliendo de la escuela cuando vi a Mónica saliendo, detuve el auto junto a ella llamando su atención.

—¿Quieres que te lleve?

—¿A mí y a cuantas más?

—¡Miren nada más! — dije descendiendo del vehículo— ¿Estás celosa?

—Ya quisieras

—¿Entonces por qué me espías?

—Jamás, sólo que cada vez que abres la boca te escuchan en Alaska. —áspera como siempre... me encanta.

Me adelanté para obstruirle el paso y poder verla de frente

—¿Qué opinas si subes a mi auto y vamos a dar una vuelta?

—¿Qué opinas si subes al techo de la escuela y saltas? — ok, pero no tan áspera.

Ahí supe que era momento de dejarla en paz... por hoy.

MetamorfosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora