Oportunidades creadas - [XiCheng]

Parte única

Hola! Ali vuele a este fandom con un fic repleto de angst :'D

Este fic, al inicio, iba a ser uno de comedia en el que LXC regresaba al pasado, pero se traía de polizón al pobre JC. Sin embargo, estos meses me han pasado una serie de cosas y, pues, al redactar esta historia terminó siendo bastante triste. Resultó en algo catártico, saben. Me he estado aguantando un montón de cosas y, luego de días (o semanas) al fin pude sacar eso que tanto me aquejaba.

Es por ello que, al terminar, me di cuenta lo que había creado y lo que había hecho con el WangXian. A ellos los amo con todo mi corazón, pero el rumbo de la historia hizo que estos dos terminasen mal (por eso lo de Sad Ending). De hecho, no sé si realmente el XiCheng tuvo un final feliz, solo sé que hubo uno para ellos.

Por favor, lean bien las advertencias y sepan que aquí el WangXian NO termina bien. No, no hay XiXian ni XiWang (por más que ame esas ships je Ya saben, soy multishipper), por lo que no se deben espantar en ese aspecto.

La edición fue menor, de lo contrario, no vería la luz. Por ello lo de "Posibles agujeros de trama".

Este fic es una catarsis para lo que me ha pasado estos inicios del 2023 y he decidido compartirlo con ustedes.

Espero tengan pañuelos cerca porque el angst es pesadito je

Sin más, a leer~

ADVERTENCIAS

-AU!Viaje en el tiempo

-Quemador de incienso

-Depresión

-Menciones de pensamientos suicidas

-Post-canon

-Lan XiChen en reclusión

-Auto desprecio y flagelación

-Finales feliz y triste

-Angts (pesado)

-Un poco de fluff

-Posibles agujeros de trama

-Muerte de personajes

~°*†*°~+~°*†*°~

XiChen no estaba seguro de que funcionaría.

Un quemador de incienso antiguo no era el tipo de artefacto que pensó le sería entregado por WuXian. «Podrás descansar mejor, XiChen-ge —había dicho su cuñado con una mirada emocionada—. Lan Zhan y yo lo probamos un par de veces y... tuvimos resultados interesantes». Quizás debió dudar más, no debió confiar en el joven de espíritu libre, pero ya habían pasado cinco años desde que había entrado en reclusión. ¿Qué más podía perder?

Esa noche, el líder Lan encendió el incienso antes de recostarse e intentar dormir.

Su rutina después de lo ocurrido en al templo Guanyin: no poder conciliar el sueño. Las pesadillas lo atormentaban constantemente. Las preguntas que se hacía durante el día se replicaban por la noche y las respuestas le eran dadas por fantasmas, por personas cercanas y aquellas a las que hirió de forma indirecta. Era una lucha casi perpetua despertar y no sentir la pesadez de una noche en vela. Las coyunturas crujían al menor movimiento, las extremidades le pesaban y las fuerzas iban menguando conforme la inedia era prolongada.